Desde el balcón del Palacio de La Moneda

MICHELLE BACHELET

Amigas y amigos:

Hace cuatro años atravesé esta puerta por la que hoy he vuelto a entrar.

Y ustedes me acompañaron en esa despedida, y hoy vuelven a estar conmigo aquí, en ésta, la casa de los Presidentes y las Presidentas de Chile.

¡Quiero agradecerles el gran cariño que siempre me han demostrado, su apoyo constante y, sobre todo, la confianza que han depositado en mí!

Ustedes han sido los protagonistas de muchos procesos que han ocurrido en este tiempo, donde la ciudadanía ha decidido ejercer sus derechos y ha tomado un lugar en la construcción de estos procesos.

Es tiempo ya de iniciar el camino que hemos comprometido en el programa de Gobierno. ¡Es la hora de poner esos sueños en marcha!

¡Es hora de iniciar juntos ese camino hacia una nación desarrollada y justa, moderna y tolerante, próspera e inclusiva que todos nos merecemos!

Creemos que puede haber un Chile diferente y mucho más justo. Quiero que el día que vuelva a dejar esta casa, ustedes sientan que su vida ha cambiado para mejor. Que Chile no es sólo un listado de indicadores o estadísticas, sino una mejor patria para vivir, una mejor sociedad para toda su gente.

Sé de primera mano lo que la educación pública puede ofrecer a una persona. Yo soy hija de la educación pública, y mi compromiso es que en Chile todos tengamos esas mismas oportunidades.

Sé de primera mano lo que es luchar por una patria libre, sin enclaves autoritarios, donde la mayoría no sea vetada por una minoría.

¡Y mi compromiso es que esta plaza, sea la Plaza de la Constitución, de una Constitución nacida en democracia!

Sé de primera mano lo que la Salud pública hace por las personas. Soy médico, y fui ministra de Salud. Y mi compromiso es que nadie quede sin remedios, sin atención profesional porque no hay un especialista o no hay una urgencia cerca.

Sé de primera mano cuáles son las preocupaciones de las jefas de hogar. Sé de la necesidad que cada mujer tiene de trabajar mientras sus hijos e hijas reciben estímulo y educación de calidad.

Estos compromisos requieren de un país dinámico, que crea empleos de calidad, que capacita, emprende e innova. Una sociedad donde los desafíos del crecimiento demandan no sólo eficiencia, sino también el acuerdo político y humano con inclusión y sustentabilidad.

Y también de un país que trabaje incansablemente para que la dignidad y el respeto de los derechos sean la regla para todos y todas.

Esa es la sociedad que juntos hemos imaginado. Y ese sueño compartido es también un contrato solemne entre ustedes y esta Presidenta: eso es nuestro programa de Gobierno.

¡Y vamos a llevar adelante el programa de Gobierno que hemos comprometido con ustedes! Y vamos a hacerlo en un marco de diálogo con todas las fuerzas políticas y sociales. Pero un diálogo que tenga un objetivo claro, que es avanzar en el cumplimiento del programa.

¡Ese es nuestro mandato ciudadano, y para eso he vuelto a ser Presidenta de Chile!

¡Un programa que compromete una reforma educacional que asegure gratuidad, calidad, inclusión y mejores perspectivas para los niños, niñas y jóvenes de Chile!

Un programa que compromete una gran reforma tributaria, que consagrará el principio de que quienes tienen más, contribuyan con más al bienestar de todas y todos!

¡Un programa que se compromete con el trabajo decente, con los derechos laborales, con la capacidad de negociación justa con los empleadores!

¡Un programa que se compromete con el medio ambiente, con las ciudades y barrios amables, con regiones que sean protagonistas de su propio desarrollo!

¡Un programa que se compromete a atacar el delito, pero también a prevenirlo, y a acompañar y defender a las víctimas!

¡Un programa que cree que la cultura, la recreación y el deporte no pueden ser para quienes pueden pagar, sino para todos, en todas las comunas!

Amigas y amigos:

Voy a ser la Presidenta de todos los chilenos y chilenas: de quienes me dieron su apoyo, de quienes no votaron por mí y de quienes no fueron a votar.

Tenemos un proyecto de país que requiere de todas las miradas, sin excluir a nadie.

Cada uno de nosotros puede hacer la diferencia entre excluir e incluir, entre dialogar e imponer, entre creer y desconfiar, entre sumarse y restarse. Sólo juntos podemos reconstruir la confianza en la participación y en las instituciones.

Sólo juntos podemos dar poder a lo local, dar voz a las diferentes necesidades de nuestra gente, dignificar el trabajo y la democracia.

¡Chile tiene un solo gran adversario, y eso se llama desigualdad! Y sólo juntos podremos enfrentarla.

Comenzaremos ahora. El tiempo es escaso, pero vamos a aprovecharlo al máximo.

Iniciaremos en los primeros 100 días aquellas tareas que ya no pueden esperar. Representamos la urgencia que tienen millones, millones de chilenos y chilenas.

Y porque tenemos urgencia, debemos comenzar ahora, pero construir este camino paso a paso. Porque tenemos urgencia, no podemos apresurarnos, y sabemos que hay tareas que van a ir más allá del mandato presidencial.

Porque tenemos urgencia, debemos trabajar con unidad, con generosidad y con compromiso, no por los intereses propios, sino por el bien común.

¡Juntos hemos llegado hasta aquí! Son ustedes los que me han traído nuevamente a La Moneda.

Empecemos ahora mismo nuestra tarea.

¡Muchas gracias y Viva Chile!