Voluntarios fieles vascongados y navarros. El general Don Rafael Maroto, abusando del modo más pérfido e indigno de la confianza y la bondad con que le había distinguido a pesar de su anterior conducta, acaba de convertir las armas que le había encargado para batir a los enemigos del trono y del altar contra nosotros mismos; fascinando y engañando a los pueblos con groseras calumnias, alarmando y excitando hasta con impresos sediciosos y llenos de falsedades a la insubordinación y a la anarquía: ha fusilado sin preceder formación de causas a generales cubiertos de gloria en esta lucha, y a servidores beneméritos por sus servicios y fidelidad acendrada, sumiendo mi paternal corazón de amargura: para lograrlo ha supuesto que obraba con mi real aprobación, pues sólo así podría encontrar entre vosotros quien le obedeciese. Ni la ha obtenido, ni la ha solicitado jamas, ni jamás la concederé para arbitrariedades ni crímenes.
Enviado por Enrique Ibañes