Habitualmente, desde los gabinetes de comunicación de las instituciones elaboramos y ponemos en marcha planes de comunicación en los que contemplamos estrategias de crisis. Pero cualquier situación imprevista o no deseada está más o menos protocolizada. La Covid 19 nos ha enseñado que todo se puede desbaratar y que la mejor estrategia de comunicación en situaciones límite tiene dos ingredientes básicos: el sentido común y la transparencia. Castilla y León se ha convertido en un territorio de referencia y en una de las comunidades más y mejor valoradas por su comunicación interna y externa en relación con la pandemia, sin contar con grandes recursos y desde el corazón de una región dispersa y despoblada. Y lo ha hecho gracias a esas claves.