ARNALDO MINA MENDOZA
Tras la pandemia de la Covid-19 nos hemos visto envueltos en una búsqueda insaciable de diferentes herramientas digitales para llegar hacia nuestros seres más queridos, nuestros amigos, nuestros alumnos, profesores e inclusive hasta para organizar diferentes eventos de tipo políticos, culturales y sociales a través de una pantalla.
Entre las nuevas plataformas digitales podemos observar que las que mayor preponderancia han tenido en la arena tanto internacional como local son: Facebook, Twitter, Instagram y en particular una nueva plataforma, “TikTok”, que llegó para compartir videos de bailes virales, memes, desafíos, comedia y como si fuera poco, llegaron para incursionar de buena o mala manera en el mundo de la política.
Como es de conocerse, el marketing, la comunicación y las campañas políticas juegan un papel fundamental para hacer conocer al electorado más sobre su candidato. A través de ella se obtiene mucha información sobre su plan de gobierno, sus ideales, sus opiniones e inclusive en algunos casos hasta un poco más de su vida personal para poder llegar a la sensibilidad, a la emotividad y la humanidad de todas las personas que se encuentran en estos casos detrás de las pantallas.
Entre ejemplos de una mala comunicación política utilizando la red social de Tik Tok tenemos en Latinoamérica a algunos de los candidatos a la presidencia del Ecuador, como el video de “Yo la vi y me miró” que realizó Yakú Pérez y Manuela Picq o el de “Anoche comí pescao” de Guillermo Celi, que están causando furor en redes sociales causando críticas negativas hacia la imagen pública de los candidatos tratando de cautivar al público joven generando simpatía, pero la realidad es que el efecto que ha tenido ha sido negativo.
El contenido que se genera en las redes sociales tiene que estar alineado para generar un impacto, una conversación digital, contenido de valor y ayudar a captar la mayor parte de votantes o simpatizantes, pero lo que estamos viendo es la torpeza y mal gusto en los contenidos que generan algunos partidos, candidatos y varios personajes de la política.
La comunicación política lo que busca es tratar de exteriorizar un mensaje, hacerlo público en el ámbito político y que toda acción tenga un eco mediático, mediante una buena imagen pública para poder mostrar tus ideas. Esas ideas que buscan que sean reproducidas por las personas mas no buscar que el comentario principal sea de vergüenza o de mofa por las acciones que realizas en las redes sociales, porque lo que se hace como estrategia de comunicación política buscando llegar tan desesperadamente hacia los jóvenes, tarde o temprano pasa factura.
Hasta ahora todos los videos realizados por candidatos y políticos han resultado una catapulta de críticas por parte de los ciudadanos, pero aún así no podemos catalogar a Tik Tok como una red social no apta para políticos, lo que tenemos que hacer es analizar detenidamente cómo generar contenidos que puedan ayudar al candidato, o como poder llegar mediante el entretenimiento político y con un mensaje más moderno a la jóvenes que se encuentran en esta plataforma.
En fin, todavía nos falta mucho como sociedad para saber distinguir entre una buena y mala comunicación política, poder encontrar el punto fuerte de las redes sociales, encontrar los espacios más eficientes y catalizadores de masas, para poder tener un impacto real, generando simpatía, sensibilidad y sobre todo, llegando a tener una resonancia en la sociedad sin caer en ambigüedades ni en la ridiculización de los políticos.
Arnaldo Mina Mendoza es ecuatoriano residente en Valencia, España. Es Politólogo e Internacionalista por la Universidad de las Américas en Ecuador. Está cursando un Máster en Marketing Político y Comunicación Institucional en la Universidad Católica de Valencia. (@ArnaldoMina)