Muy buenos días:
Era verdad aquel dicho que decía que no hay plazo que no se cumpla, ni deuda que no se pague. Y hoy día se cumplen 100 días de nuestro Gobierno.
Tenemos muchas cosas que recordar de estos 100 días. Y las vamos a recordar para siempre, pero lo más importante son las cosas que tendremos que hacer durante los próximos 100 días y los 100 que vendrán después, y así sucesivamente, hasta que logremos, en cuatro años más, poder decir con orgullo, pero también con humildad, que cumplimos con nuestro compromiso con el pueblo de Chile.
A la madre Teresa de Calcuta le gustaba decir una y otra vez que no tenía un minuto que perder y que ya tendría toda la eternidad para descansar. Y yo quiero que cada uno de ustedes, señoras y señores ministros, se graben con fuego en sus corazones las palabras de la madre Teresa de Calcuta, porque les puedo asegurar que han trabajado mucho estos primeros 100 días, pero les puedo asegurar con más fuerza aún que van a tener que trabajar aún más en los días que vendrán, porque los desafíos que tenemos por delante son gigantescos, las necesidades de la gente también son gigantescas. Y tenemos poco tiempo y muchas cosas que cambiar, mejorar y modificar.
Y por esa razón estos primeros 100 días son tiempos de balance, pero también son tiempos para levantar la mirada y ver lo que vendrá por delante.
Quiero partir por saludar con mucho cariño a don Luis Pavez, que está con nosotros. Don Luis fue el primer beneficiario de un subsidio de una vivienda definitiva y él vive en Pelluhue. Yo lo escuché, don Luis, decir que su vida volvía a comenzar ahora que iba a tener su vivienda propia, una vivienda definitiva. Y nos alegramos mucho, porque su sonrisa aquel día fue una sonrisa que iluminó el alma de todo un país.
Así que, don Luis, le deseo la mejor de las suertes en su nueva vida y en su nueva vivienda.
Está también con nosotros Sonia Araneda. Sonia Araneda es una empresaria que recibió un crédito Corfo para poder levantarse y volver a generar oportunidad, empleo y bienestar no sólo para su familia, sino que también para muchos que trabajan gracias al esfuerzo y el emprendimiento de Sonia Araneda.
Están también con nosotros personas que han sufrido mucho, que llevan no años, sino que décadas viviendo en un ambiente envenenado por la irresponsabilidad de haber traído minerales contaminantes a un lugar donde nunca debieron haber estado, y por la irresponsabilidad de haber construido viviendas en un terreno que estaba envenenado. Y desgraciadamente las consecuencias las estamos pagando hoy día.
Lo que ha ocurrido en Arica con la contaminación por los polimetales, que han afectado a miles de familias y que hoy día se traducen en enfermedades, cánceres y mucho sufrimiento y dolor, es algo que tenemos que recordar para que nunca más se repita en nuestro país.
Por eso quiero saludar con mucho cariño a ocho mujeres que han llevado con fuerza, con perseverancia y con mucho coraje la voz de aquellos que han sufrido producto de la contaminación y el envenenamiento con polimetales.
Saludo a las mujeres de Arica, con las cuales me he reunido muchas veces.
La verdad es que a uno le pueden contar mil veces la tragedia de los polimetales de Arica, le pueden mostrar los informes técnicos, pero hay una cosa que se queda grabada para siempre, que fue el llanto descorazonado de Patricia, hija de una de las señoras que nos acompaña, cuando pedía que le diéramos la oportunidad a ella, una niñita, y a su familia, de volver a nacer, de volver a vivir.
Están también con nosotros muchos otros chilenos y chilenas que han recibido un alivio, una ayuda, un beneficio durante estos 100 días. Algunos de ellos, por ejemplo, recibieron el Bono Marzo, que sin duda significa una ayuda y una colaboración en un mes tan duro, y fue un compromiso que asumimos durante la campaña y que hoy día está cumplido. Más de 4,2 millones de beneficiarios, 2,4 millones de familias chilenas, vulnerables y de clase media, que recibieron esta ayuda.
Yo les quiero decir a todas y a todos ustedes que lo que más reconforta, lo que más nos da fuerzas para seguir adelante, es ver una sonrisa, como la vi después del llanto de Patricia, o una cara de esperanza, o una mirada que se levanta desde la tragedia y la adversidad para mirar el futuro y el horizonte. Eso es lo que nos da la fuerza para seguir adelante
Por eso quisimos hoy día no solamente hablar de cifras, sino que hablar de personas, de hombres, de mujeres, de niños y niñas, que han tenido una luz de esperanza, un alivio durante estos 100 días. Y eso es lo que más puede reconfortar y fortalecer y darnos el temple y la fuerza que vamos a requerir para seguir adelante.
Durante estos 100 días hemos tenido que enfrentar muchos desafíos, no solamente los de un Programa de Gobierno, que fue el que le propusimos a las chilenas y chilenos, y que fue el que democráticamente ganó en las elecciones presidenciales de este año. Y, por tanto, para nosotros constituye un imperativo moral, un compromiso con las chilenas y chilenos, hacer todo lo que esté a nuestro alcance para cumplir con nuestro Programa de Gobierno, porque nuestro Gobierno fue elegido democrática, libre y soberanamente por una mayoría de chilenas y chilenos.
Pero además del cumplimiento de nuestro Programa de Gobierno, y esto nadie lo esperaba, nadie lo quiso, pero la naturaleza es impredecible: tuvimos que enfrentar el quinto terremoto más grave que haya existido en la historia de la humanidad.
Y a veces la gente se olvida de los efectos del terremoto, pero lo cierto, y aquí están las cifras, tuvimos 521 personas que perdieron sus vidas; 56 hombres y mujeres que aún están desaparecidos y sus familias los siguen y los seguirán buscando.
Yo quiero recordar el compromiso que hice con una mujer en Constitución, de seguir junto a ellos buscándolos, todo el tiempo que sea necesario, sabiendo que a muchos de ellos nos los vamos a encontrar, o también que muchos de ellos, cuando los encontremos, no van a estar con vida, pero en esto de acompañar a las familias en la búsqueda de sus seres queridos desaparecidos, estamos haciendo algo que es simplemente un acto de solidaridad, de comprensión y de humanidad.
Tuvimos también más de 2 millones de personas directamente afectadas y damnificadas por el terremoto.
Perdimos 370 mil viviendas, casi 1 de cada 10 viviendas que existen en nuestro país.
Se dañaron o se destruyeron 73 hospitales, casi 1 de cada 3 hospitales de nuestro país sufrió daño o destrucción por el terremoto.
Perdimos 4 mil escuelas, lo cual representa casi 1 de cada 3 escuelas que existen en nuestro país.
Tuvimos también 221 puentes que no resistieron la fuerza del terremoto o del maremoto.
Y ya lo hemos dicho otras veces, el costo de este terremoto y maremoto, que fue uno de los cinco peores en la historia conocida de la humanidad, representó un costo, o va a representar un costo de 30 mil millones de dólares, el 17% de nuestro Producto Interno Bruto.
Es el daño económico más grave que ha sufrido nuestro país en toda su historia.
Y quiero hacer una comparación: 17% significó del Producto Interno Bruto, el daño causado por el terremoto del 27 de febrero. El terremoto de Valdivia, que también fue un golpe muy duro, representó menos de la décima parte de ese daño en términos materiales, pero significó mucho mayores pérdidas en vidas humanas, que es lo más sensible y lo más grave, porque son vidas irrecuperables.
Lo que ocurrió con el huracán que afectó a Nueva Orleans, el Huracán Katrina, significó menos del 0,1% del Producto Interno Bruto de Estados Unidos.
Y, por tanto, quiero recordar estas cifras, para que no nos olvidemos que el terremoto y el maremoto causaron daños que siguen presentes.
Y, por tanto, yo quiero pedirles a todas las chilenas y chilenos que no perdamos, —producto del Mundial o producto del olvido— la solidaridad y el compromiso que tenemos con esos millones de chilenas y chilenos que siguen sufriendo y afectados por el terremoto y el maremoto.
Nos propusimos un programa de acción, y ustedes lo conocen.
Primero, enfrentar la emergencia inmediata, rescatar a los heridos, buscar a los desaparecidos, enterrar a los que habían perdido la vida, restablecer el orden público, el abastecimiento de electricidad, agua potable y alimentos. Esa etapa está cumplida. Pero eso no significa que hayamos cumplido con las personas que están todavía sufriendo por los efectos del terremoto y el maremoto.
Por eso, inmediatamente después de haber asumido, enfrentamos no solamente esa emergencia inmediata, sino que también nos propusimos enfrentar con medidas de emergencia, con medidas audaces, desafíos que para muchos parecían imposibles de cumplir. Nos propusimos que en 45 días, 1 millón 200 mil niños que no podían volver a clases por la simple razón de que sus escuelas estaban destruidas o seriamente dañadas, pudieran volver a clases en 45 días.
Muchos creyeron que era simplemente un sueño. Pero con esfuerzo y el trabajo de muchos —porque esto no ha sido solamente el trabajo de un Gobierno, aquí han colaborado organizaciones de la sociedad civil, las FF.AA., los profesores, un Techo para Chile y el Hogar de Cristo— son muchos los que se han comprometido con Chile, para levantar Chile.
Y ese 26 de abril pudimos celebrar un primer gran triunfo: todos los niños habían vuelto a clases y ningún niño había perdido su año escolar, a pesar de que se habían dañado o destruido 4 mil escuelas.
Nos propusimos reparar las escuelas dañadas o destruidas. Y hoy día hay mil, de las 4 mil escuelas, que ya están reparadas y en pleno funcionamiento. Nos quedan todavía 3 mil, pero por lo menos en 100 días hemos avanzado un trecho significativo del camino.
Están en plena reconstrucción o reparación más de 300 salas cuna o jardines infantiles, porque también se destruyeron, al igual como las escuelas. Y en eso, el trabajo de la Junji y el trabajo de la Fundación Integra, y aprovecho de hacer un reconocimiento a mi mujer, porque ha trabajado mano a mano conmigo durante estos 100 días. Incluso ella dice que se acuesta más tarde y se levanta más temprano que su marido.
Ya hemos elaborado un cambio significativo en la Prueba Simce, no solamente informando de sus resultados a los padres y apoderados, para que tengan la información, el conocimiento y las herramientas para elegir lo mejor para sus hijos. Hemos ya iniciado un proyecto que va a ser una reforma muy profunda al Estatuto Docente y a la educación municipal, para atacar a fondo los problemas que han significado que cientos o millones de niños chilenos sigan sin tener la educación que necesitan y merecen.
Estamos ya en pleno proceso de habilitación o construcción de los primeros 15 liceos Bicentenario de excelencia que van a estar funcionando en marzo del próximo año.
Además, durante este año vamos a hacer un incremento sustancial en la subvención preferencial que favorece a los niños más vulnerables. Y también a los niños de clase media.
Yo quiero aquí hacer un pequeño paréntesis. La madre de todas las batallas, donde vamos a ganar o perder la oportunidad de un país desarrollado y con oportunidades hacia el futuro, se va a dar en la sala de clases. Y yo les puedo asegurar a todos los padres y madres, y a todos los niños y niñas de nuestro país, que esa batalla no la vamos a perder. Esa batalla la vamos a ganar y vamos a hacer todo lo que sea necesario y vamos a enfrentar todas las dificultades necesarias para que nuestros hijos, nuestros niños y nuestros jóvenes tengan la educación que necesitan y merecen para ser ciudadanos de verdad, en la sociedad del conocimiento y la información.
Y por eso está en plena implementación una nueva Prueba Simce, porque queremos saber dónde estamos parados para saber cuánto vamos avanzando en materia de inglés y en materia de conocimiento de tecnología de la información y el conocimiento. Y, adicionalmente —y esto quiero advertirle a los ministros— van a tener que pasar por la prueba Simce de Educación Física, para ver si tenemos mente sana en cuerpo sano.
Y vamos a fortalecer y multiplicar por mil el proyecto Servicio País, para que los jóvenes que han tenido la oportunidad de una educación de excelencia, los médicos, los ingenieros, los abogados, puedan también aportar ese conocimiento a mejorar la calidad de la educación, especialmente en las escuelas y liceos más vulnerables de nuestro país.
En materia de salud. El 61% de las camas que se perdieron ya están recuperadas. El 81% de los pabellones quirúrgicos que se destruyeron ya están recuperados. Ya están funcionando 14 hospitales modulares o de campaña, en aquellos lugares donde simplemente el terremoto o el maremoto los arrasaron, como es, por ejemplo, el caso de la Región del Maule, donde la ciudad de Talca y la ciudad de Curicó, simplemente se quedaron sin hospitales.
Hemos logrado vacunar a 3 millones de niñas y niños y adultos mayores en nuestro país, frente a la fiebre o influenza humana. Lo cual significa un esfuerzo gigantesco que se desarrolló simultáneamente con el esfuerzo de reconstrucción.
Y ya está en plena marcha el proyecto que va a eliminar o reducir gradualmente el descuento del 7% de salud que afecta a nuestros jubilados.
En materia de pobreza. Además del Bono Marzo, quiero anunciar que hemos dado paso gigantescos en la implementación del ingreso ético familiar, que nos va a permitir tener un instrumento nuevo, focalizado, eficaz, sin distracciones, sin filtraciones, para atacar directamente y ayudar eficazmente a esos 3 millones de chilenas y chilenos que siguen viviendo en condiciones de pobreza.
Y tenemos también prácticamente lista una reformulación de la ficha de protección social, para lograr dos objetivos: ayudar a los que más lo necesitan y a los que están más postergados y que viven en la indigencia y en la pobreza, pero también ayudar a los que más se esfuerzan por lograr con sus propios pies una mejor vida para sus familias.
Nunca más la ficha de protección social va a castigar a las madres que se esfuerzan por educar bien a sus hijos, a las madres que se esfuerzan por mejorar su propia educación, a las madres que se esfuerzan por tener un hogar digno y acogedor para su familia.
Por eso la ficha de protección social va a ser una ficha que va a ayudar a quienes más lo necesitan, pero también va a ayudar a los que más se ayudan a sí mismos.
Y también quiero anunciar que durante el segundo semestre de este año vamos a enviar al Congreso el proyecto de ley que crea el nuevo Ministerio de Desarrollo Social. Que tiene una sola gran tarea: coordinar y asegurar que todas las políticas sociales apunten al logro de la meta de derrotar la pobreza extrema durante nuestro Gobierno y derrotar la pobreza en nuestro país antes que termine esta década.
En materia de vivienda. En sólo 100 días hemos logrado construir más de 60 mil viviendas de emergencia.
Y aquí hemos tenido el aporte muy significativo de instituciones como Un techo para Chile, porque en esta materia de enfrentar el terremoto y el maremoto no hay una responsabilidad solamente del Estado; es una responsabilidad de toda la sociedad chilena.
A través del programa Manos a la obra, hemos entregado material de reparación y reconstrucción que ha beneficiado a casi 50 mil familias en nuestro país, para que con sus propias manos, y con los materiales proporcionados por el Gobierno de Chile, pudieran reparar el daño que el terremoto y el maremoto ocasionaron en sus viviendas.
Y hemos logrado establecer 87 albergues, porque muchas personas van a tener que pasar este invierno, y algunas de ellas quizás también el próximo invierno, en aldeas, porque las soluciones definitivas en materia de vivienda no van a poder ser inmediatas y van a tomar un tiempo, pero hemos querido que no sigamos hablando de campamentos. Y por eso hemos establecido el concepto de aldea, donde si bien son precarias y son de emergencia, pueda haber una vida digna y en comunidad.
A mí me tocó estar en una de ellas hace un par de días, que fue con mi mujer en la aldea de Dichato, cuando tuvimos la oportunidad de ver el primer triunfo de Chile en un Mundial después de casi 50 años.
Pero además de eso, tenemos ya absolutamente en marcha un plan que nos va a permitir entregar soluciones definitivas para las 200 mil familias que producto del terremoto y el maremoto perdieron o vieron sus viviendas gravemente damnificadas.
Y ese plan va a ser para viviendas nuevas, es decir, para reemplazar las que se destruyeron, pero también para reparar aquellas que tuvieron un daño significativo.
Y, por tanto, nuestro Gobierno no está limitado a la emergencia y desde el primer día levantó la vista para las soluciones definitivas.
En materia de calidad de vida y de barrios y de urbanismo, tenemos en marcha un plan que va a cambiar la calidad de vida de muchas de nuestras poblaciones, incorporando más áreas verdes, más lugares de recreación, más canchas y multicanchas donde practicar deporte.
Y ya partió el programa de plantar 17 millones de árboles, uno por cada chileno y chilena, lo cual nos va a permitir duplicar las áreas verdes en las ciudades de Chile. Y ese programa ya está en marcha y este año tendremos plantados los primeros 300 mil nuevos árboles del Bicentenario.
En materia de obras públicas. Ya se recuperó el 100% del agua potable urbana y el 99% del agua potable rural. El 98% de los caminos que fueron dañados y destruidos, lo cual significó reparar más de 1.520 kilómetros de caminos. Y el 87% de los puentes, lo cual significó reparar 192 puentes en 100 días. O sea, casi dos puentes por día, lo cual ha sido una tarea monumental.
Por otra parte, en algunos lugares donde había problemas absolutamente urgentes, como fue, por ejemplo, el quiebre de nuestro país en dos por la destrucción de todos los puentes sobre el Río Biobío, hoy día ya está funcionando el puente ferroviario, ya está funcionando el puente mecano sobre el Llacolén y estamos en pleno proceso de recuperación del Puente Juan Pablo II y del nuevo puente Chacabuco, que va a permitir restablecer plenamente la conexión de nuestro país, que hoy día está interrumpido por el Río Biobío.
El 81% de las caletas de pescadores que fueron dañadas ya están en pleno y normal funcionamiento. Y nueve aeródromos y aeropuertos que también sufrieron daños, hoy día también están funcionando con plena normalidad.
Hemos reparado 36 municipios, a través de municipios modulares, que quedaron absolutamente destruidos.
Y además, hemos continuado con el programa de conexión de nuestro país, inaugurando el nuevo acceso sur a la ciudad de Santiago, que llevaba mucho tiempo detenido por distintas razones y que va a facilitar enormemente el acceso a nuestra ciudad de Santiago.
En materia de agricultura, hemos entregado subsidios para reparar más del 70% de las obras de riego mayores, lo cual ha beneficiado a más de 20 mil pequeños y medianos agricultores en nuestro país. Pero nos queda por delante lo más grande, lo más importante, que es transformar a Chile en una potencia agroalimentaria y devolverle al mundo rural y al mundo del campo, las oportunidades y la alegría de vivir que nuestra sociedad durante tanto tiempo les ha negado.
En materia de justicia. Ya está en marcha el plan piloto que se va a extender gradualmente a todo el país, de la nueva justicia vecinal, que le va a cambiar la vida a mucha gente, porque son problemas pequeños, para los teóricos, pero son problemas muy graves para las familias, que se van a poder resolver a nivel de cada comuna, con una justicia vecinal amistosa, amigable, accesible a todos.
También ya hemos dado grandes pasos para perfeccionar la justicia penal y hacer la reforma a la reforma, para corregir los errores que hemos detectado durante estos 10 años de aplicación de la nueva justicia penal. Y nuestra tarea es poner en marcha la nueva justicia civil.
Recordemos que la inmensa mayoría de los casos que ve la justicia no tienen que ver con el mundo penal, tienen que ver con el mundo civil. Y esa va a ser la gran reforma de nuestro Gobierno; tener una justicia civil moderna y al alcance de todos.
Y además, vamos a modernizar y perfeccionar el sistema de notarios y conservadores, para que ir a una notaría o ir a un conservador no sea un problema, como lo es hoy para mucha gente en nuestro país.
En materia de recuperar la igualdad plena de derechos y oportunidades entre hombres y mujeres. Está en plena marcha el Programa Mujer levantemos Chile, que va a significar no solamente darle las oportunidades que las mujeres merecen y requieren en todos los frentes: trabajo, educación, salud y emprendimiento; sino que algo más importante aún, poder aprovechar todo el potencial, la inteligencia, capacidad, ternura y comprensión de las mujeres para construir una sociedad mejor en nuestro país.
Y también les puedo asegurar que la frase que dije el día 21 de mayo, que en nuestro país la maternidad no sea un obstáculo para trabajar y que el trabajo no sea un obstáculo para la maternidad, es algo que va a guiar e iluminar todas las acciones que tomemos para hacer compatible el mundo del trabajo con el mundo de la familia. Para las mujeres, y también para los hombres, porque ahí tenemos una deuda mutua: facilitar el acceso de la mujer al mundo de lo público y al mundo del trabajo en plenitud e igualdad de condiciones, pero también facilitar el acceso del hombre al mundo de la familia, también en plenitud e igualdad de condiciones.
En materia de pequeñas y medianas empresas, que es para nosotros un compromiso, porque tiene que ver con el tipo de sociedad que queremos construir, no queremos una sociedad hiperconcentrada, como la que tenemos hoy, en que unas pocas empresas son las que realizan gran parte de la actividad económica. Queremos que las micro, pequeñas y medianas empresas se integren en plenitud a este desafío del desarrollo.
Y por esa razón ya hemos hecho, o hemos dado grandes pasos, como la reducción a la mitad en el tiempo y el costo para crear una empresa en nuestro país, cuyo proyecto de ley ya está en el Congreso.
La eliminación del impuesto de primera categoría, por las utilidades reinvertidas por las micro, pequeñas y medianas empresas, que es una inyección a la vena en capital de trabajo, de la inversión y de la creación de empleo de nuestras mico, pequeñas y medianas empresas, está a punto de ser aprobado por el Congreso.
La reducción a la mitad del impuesto de timbres y estampillas, que va a beneficiar a 200 mil micro, pequeñas y medianas empresas, y a 1 millón de chilenos y chilenas, que cada vez que tienen un crédito de consumo, un crédito hipotecario o una tarjeta de crédito, están pagando ese impuesto, va a ser una tremenda ayuda para nuestra clase media.
Y ya está en marcha, y en los próximos días vamos a enviar al Congreso, el proyecto del Sernac financiero, para proteger a las chilenas y chilenos que tienen servicios o deudas con el sistema financiero, porque muchas veces no han tenido la protección ni la información que se merecen y requieren.
En materia de delincuencia y drogadicción, o en materia de orden público y seguridad ciudadana, quiero anunciar que la mano ya cambió, que ese compromiso de hacer que la gente honesta viva en paz y con tranquilidad, y los que vivan con temor sean los delincuentes, ya está en plena marcha.
Hemos detenido en estos primeros 100 días más de 20 mil personas que tenían deudas pendientes con la justicia.
Hemos decomisado 11 millones de dosis de cocaína, a través del decomiso de miles de kilogramos de pasta base de cocaína o de precursores para fabricar cocaína.
Hemos requisado mas de 1.300 armas ilegales, que son las que muchas veces se utilizan para matar a nuestros propios compatriotas.
Está en plena marcha el Plan Barrio en Paz, no solamente en los barrios residenciales, sino que también en los comerciales. Y ustedes pudieron ver la acción que desarrolló Carabineros de Chile en el Barrio Bellavista, y que se va a mantener y ampliar a muchos otros barrios de nuestro país.
Ya tenemos absolutamente en marcha la incorporación de 2 mil nuevos carabineros, de los 10 mil que nos comprometimos durante los primeros 4 años. Y también de mil nuevos detectives, para darle a la gente más tranquilidad y para que puedan vivir sus vidas en paz.
Además de eso, ya está la urgencia para la reforma constitucional que va a permitir corregir una grave distorsión que existían en nuestra sociedad, que muchas veces se preocupaba más de los derechos de los delincuentes, que de los derechos de las víctimas. Y, por tanto, la defensa a las víctimas, que comprometimos durante nuestra campaña, es un compromiso que vamos a cumplir.
Está prácticamente listo el proyecto de ley que va a crear un registro público de condenados por delitos sexuales graves contra menores, para que esas personas no vuelvan a reincidir y para que los padres y madres tengan instrumentos para proteger mejor a sus hijos de ese tipo de abusos.
Y también vamos a crear un registro de prófugos de la justicia, para que la sociedad civil también tenga elementos e instrumentos para defenderse y también para colaborar con la justicia, de forma tal que los que cometan delitos asuman su responsabilidad y tengan el justo castigo que corresponde en un Estado de derecho.
Y también en los próximos días vamos a dar un gran paso para trancar la puerta giratoria, que todos sabemos que sigue girando, estableciendo nuevas condiciones para el otorgamiento de las libertades provisionales y para asegurar que cuando se otorgan beneficios extracarcelarios, las personas que sean beneficiadas, sientan y asuman la responsabilidad que tienen con la sociedad y, por tanto, van a tener un mayor control para evitar o reducir el número de reincidencias en esta materia.
Yo quisiera también levantar un poco la vista a los compromisos que asumimos por los próximos cuatro años y ratificar hoy día nuestro pleno compromiso con cada una de las obligaciones que asumimos con las chilenas y chilenos.
Y ya en estos 100 días hemos tenido avances muy significativos en todos y cada uno de ellos.
Nos comprometimos a recuperar la capacidad de crecer al 6%.
Quiero anunciar que si bien el año pasado la economía chilena redujo su nivel de actividad en 1,5%, este año vamos a recuperar un crecimiento fuerte y sólido.
Puedo asegurarle al país que este año vamos a crecer entre 4 y 5%, y acercarnos a la meta del crecimiento promedio del 6%.
En materia de Imacec, en abril del año pasado el Imacec caía 4,9%. En abril de este año, ese mismo Imacec ya no caía 4,9%, sino que crecía 4,6%. Lo cual demuestra que la reactivación y la recuperación de la economía chilena están en plena marcha.
En materia de empleo, el año pasado se perdieron 30 mil empleos. Este año vamos a cumplir nuestro compromiso de crear 200 mil nuevos empleos. E incluso, puedo afirmar hoy que vamos a superar esa meta, lo cual nos va a permitir una significativa reducción en la tasa de desempleo.
Y en otras materias económicas, el año pasado la inversión cayó más de 15%. Y puedo anticipar hoy que este año la inversión va a crecer más de 20%.
En materia de consumo, el año pasado el consumo de los chilenos creció 1,8%. Este año el consumo de los chilenos va a crecer más del 7%.
En materia de exportaciones. El año pasado las exportaciones cayeron 5,6%. Este año las exportaciones, a pesar de la crisis mundial, van a volver a crecer.
Y en materia de importación, el año pasado cayeron 14,3%. Este año las importaciones van a volver a crecer y a más de 20% al año, lo cual significa que nuestra promesa de recuperar la capacidad de crecer y de crear empleo, es algo que ya está en plena marcha y que está dando frutos fecundos que nos permiten anticipar que las metas con las cuales nos comprometimos, son absolutamente factibles.
En materia de delincuencia y de droga, nos comprometimos a empezar a ganar la batalla contra la delincuencia y contra la droga.
Y yo quiero insistir que ésta no es una batalla fácil ni que se va a ganar en un día, pero quiero ratificar una vez más ese compromiso con devolverle a la gente su derecho a vivir en paz y en tranquilidad.
En materia de educación. Después de 20 años de una calidad de la educación estancada, yo también quiero decir que en esta materia no va a haber tregua ni va a haber cuartel, y vamos a hacer todo lo que sea necesario, como lo dije hace un momento, para que nuestros niños y niñas tengan la educación que merecen.
Y lo mismo en materia de salud.
En pobreza. Vamos a conocer próximamente las nuevas mediciones de pobreza. Y eso para nosotros es un imperativo y un compromiso no solamente económico, sino que es un compromiso ético y moral que quiero ratificar hoy día en forma plena y total.
Y también el séptimo eje de nuestro Programa de Gobierno, que era perfeccionar nuestra democracia, ya hemos enviado los proyectos de ley al Congreso, que va a permitir revitalizar y reincorporar a 4 millones de chilenos al ejercicio de nuestra democracia.
Y por tanto, en los siete ejes que hemos comprometido, yo quisiera ratificar hoy más que nunca, nuestra plena fe en que los compromisos que asumimos durante la campaña los vamos a cumplir.
Finalmente, quiero aprovechar esta oportunidad para agradecer al Congreso Nacional por la aprobación de nuestro proyecto de financiamiento para la reconstrucción. Por la aprobación del incremento transitorio al impuesto de primera categoría, del incremento permanente a los impuestos al tabaco, del incremento transitorio a los más favorecidos en el impuesto de las contribuciones de bienes raíces, en la reducción del impuesto de timbres y estampillas que va a favorecer directamente a las Pymes y a la clase media, y en la eliminación del impuesto de primera categoría para las utilidades reinvertidas de las micro, pequeñas y medianas empresas, que va a favorecer potencialmente a 800 mil micro, pequeñas y medianas empresas en nuestro país.
Por todas esas aprobaciones quiero agradecer al Congreso Nacional y me alegro que los nubarrones que hubo respecto de la reducción de timbres y estampillas y respecto de la eliminación del impuesto de primera categoría a las pequeñas y micro empresas, se despejó en el tramite legislativo, porque esas dos medidas eran muy necesarias para ayudar a la pequeña y mediana empresa y a la clase media de nuestro país.
Pero hay algo que está pendiente, que es el incremento en el impuesto conocido como royalty a la gran minería de nuestro país.
Eso aún no ha sido aprobado. Y quiero recordar que eso va a significar recaudar más de 600 millones de dólares que el país y los chilenos necesitamos. Solamente esa recaudación nos va a permitir construir más de 20 mil viviendas definitivas, 20 mil familias chilenas van a poder tener un hogar y una vivienda definitiva si podemos contar con esos recursos.
Pero no solamente va a favorecer a la reconstrucción. Hemos comprometido que al menos un cuarto de esos recursos va a ir directamente a las regiones de Chile.
Y, por tanto, las regiones de Chile van a recibir 150 millones de dólares si logramos aprobar ese incremento en el impuesto a la Gran Minería de nuestro país.
Eso significa un aumento de 15% en el Fondo Nacional de Desarrollo Regional. El aumento más grande que haya habido en este fondo en la historia de nuestro país.
Y por eso, con fuerza, pero también con respeto, quiero pedir al Congreso Nacional que no le dé la espalda a la reconstrucción, que no le dé la espalda a los damnificados de nuestro país, que no le dé la espalda a las regiones de nuestro país y que aprobemos en la comisión mixta, que es la instancia que nos queda, este incremento en el impuesto a la Gran Minería, porque creemos que la Gran Minería puede y debe hacer un esfuerzo adicional, y porque creemos que esos 600 millones de dólares se requieren para reconstruir nuestras escuelas, viviendas y hospitales, y para ayudar al desarrollo de nuestras regiones.
Quiero también, porque es bueno advertir con claridad, que si no logramos esos 600 millones de dólares, vamos a tener que recurrir a otras fuentes, al uso de los ahorros externos o a un mayor endeudamiento público. Y eso va a comprometer o debilitar nuestras finanzas públicas. Pero además va a tener un efecto negativo sobre el tipo de cambio, y eso va a terminar perjudicando a nuestra agricultura y a nuestro sector exportador.
Por todas esas razones pido, porque cuando un Presidente pide por Chile no se humilla, pido con mucha humildad al Congreso que apruebe el proyecto de financiamiento, porque Chile y los chilenos lo necesitamos hoy día con más urgencia que nunca.
Y, finalmente, quiero también hacer una breve referencia a nuestro Bicentenario, que lo vamos a celebrar en pocos días más. Es la profunda y definitiva intención y voluntad de nuestro Gobierno hacer una celebración del Bicentenario que sea no solamente recordar nuestros 200 años de Independencia, sino que sea un gesto de unidad nacional y, por sobre todo, un compromiso con el futuro.
Y por eso quiero ratificar lo que le expresé a los ex Presidentes Ricardo Lagos y Patricio Aylwin, y que también se lo voy a expresar a los ex Presidentes Eduardo Frei y Michelle Bachelet, la voluntad de nuestro Gobierno de hacer una celebración unitaria del Bicentenario, una celebración que una a los chilenos y que nos comprometa con ese gran proyecto de futuro, que es lograr que Chile, antes que termine esta década, sea el primer país de América Latina que pueda decir con orgullo y humildad que logró derrotar la pobreza, que logró derrotar el subdesarrollo y que logró crear una sociedad que le da seguridades y oportunidades a todos sus hijos.
Quiero terminar diciendo algo que me gusta mucho recordar, que son palabras de San Agustín: Los tiempos son como los hacen los hombres. Seamos mejores y los tiempos para Chile también serán mejores.
Muchas gracias.