Arratsaldeon guztioi eta mila esker etortzeagatik.
Heldu da berriz egun iluna.
Entzun dugu bonbaren zarata.
Euskaldun hiltzaileak hil digu hiritarra.
Eduardo Antonio Puelles hil dute guztiok makurtu nahian.
Zein garesti egiten zaigun askatasunaren bidea!
Baina ez dute irabaziko.
Ez dakite ez garela berdinak.
Guk hiltzailerik ez dugula onartzen. Eurak baino hobeak garela.
Hor datza gure indarra.
Eta euren ahulezia.
Negar gazia daukagu aurpegian,
Minak apurtzen digu bihotza,
Baina askatasunaren eskuek biltzen gaituzte,
Guztion indarrak batzeko
Ahotsak elkartzeko,
Guztiok batera » ETA ez» esateko.
Eduardo Puelles, ciudadano asesinado por defender la libertad de los vascos, era uno de los nuestros. Gracias a él, y a otros muchos como él, gracias a los miembros de la Ertzaintza, de la Guardia Civil y de la Policía Nacional, los vascos y las vascas vamos arrancando trozo a trozo, con desgarro y sufrimiento la mordaza de nuestra libertad.
Por eso quiero proclamar bien alto que todos los que arriesgan su vida para defender nuestros derechos y libertades, son de los nuestros. Que todas las víctimas del terrorismo, que los políticos amenazados, los jueces amenazados, los empresarios amenazados, los periodistas amenazados, los profesores amenazados son de los nuestros, porque somos nosotros, nosotros, los que queremos vivir en paz y en libertad, nosotros los que queremos una Euskadi sin ETA, y sin violencia, los que queremos que Euskadi sea la tierra de la tolerancia y de la convivencia.
Y hoy hemos vuelto a salir a la calle, hemos vuelto a alzar la voz, para decir a Paqui, a Ruben, a Asier, y a toda la familia de Eduardo que no están solos, que tienen el cariño, la cercanía, de la inmensa mayoría de la sociedad vasca, que sabemos que Eduardo arriesgaba su vida todos los días para garantizar la nuestra, y que le vamos a estar eternamente agradecidos y no se nos va a olvidar nunca.
Hemos salido a la calle apretando los dientes, para hacer frente a ETA y para decir que estamos dispuestos a derrotar al terrorismo. Que asumimos nuestra responsabilidad colectiva como sociedad y como país; nuestro deber moral y democrático, porque queremos ser libres.
Vamos a defender lo que ETA más ataca, nuestro pluralismo y nuestra diversidad. Vamos a defender el derecho a pensar y a sentirse diferente. Vamos a defender nuestras instituciones y nuestra democracia. Vamos a estar del lado de las víctimas y de los amenazados y lo vamos a hacer con toda la contundencia del estado de derecho y con toda la fuerza de la Ley.
Y vamos a seguir ocupando las calles y las plazas de Euskadi, porque son los espacios de los ciudadanos libres y demócratas. Y no les vamos a ceder ni un solo milímetro a los propagadores de la violencia, a los silencios cómplices, a los que quieren acabar con nuestros más elementales derechos, a los liberticidas, a los que amparan el asesinato, a las almas cargadas de odio, a los chivatos del fascismo.
Hoy denunciamos a los que falsifican las palabras, a los que pervierten la democracia, a los que cuando dicen pueblo vasco, sólo buscan súbditos atemorizados por el terror a sus amos. Hoy asumimos nuestra propia responsabilidad colectiva como país y decimos que se acabó la impunidad, que se acabo la arrogancia de quienes utilizan el argumento del amparo velado de la capucha.
Decimos que venimos dispuestos a abrir el tiempo en el que nadie tenga que ocultar que es ertzaina o policía a sus vecinos, en el que nadie tenga que callar sus opiniones por miedo, en el que nadie tenga que bajar la voz para decir lo que piensa por temor a que le escuchen.
Hoy quiero hacer un llamamiento a la sociedad vasca para que se ponga en pie con la dignidad de los justos, para abrazar al que piensa diferente, para defender al que tiene otra identidad, para preservar lo mejor de nosotros mismos, la convivencia de los distintos y la libertad de los iguales.
Para decir a ETA que ya han perdido, que nunca van a conseguir nada, porque nunca vamos a ceder a su chantaje. Que les derrotaremos, porque estamos juntos y unidos, sin fisuras. Porque para los demócratas, es más importante lo que nos une, que lo que nos separa.
Que este país se construirá sobre la memoria de las víctimas y no la de sus verdugos. Que vamos a dar a nuestra Ertzaintza y a nuestra Policía los medios que necesiten, para luchar contra ETA, porque queremos que desaparezcan definitivamente de nuestras vidas, que hoy y mañana y pasado, y hasta que desaparezca esta pesadilla, un grito saldrá de nuestras gargantas.
ETA ez. Bakea eta askatasuna.
Acabo. El domingo pasado, en Arkaute, recogí una rosa blanca de las manos de un vasco que fue ertzaina en el año 36. La cogí para depositarla bajo la llama del pebetero que recuerda a los ertzainas asesinados por defender la libertad de las vascas y de los vascos. Hoy esa rosa es roja, porque se ha vuelto a teñir de sangre, pero no la voy a poner bajo ningún monumento. Hoy la lanzo al viento, lau haizetara, para que recorra nuestros pueblos y ciudades, para que despierte las conciencias aún dormidas. Lanzo al viento de Euskadi, su nombre, Eduardo Antonio Puelles García, asesinado por defender la libertad de Euskadi. La lanzo al viento, para que sus pétalos nos inunden a todos.
Eskerrik asko.