ALEXANDRA VALLUGERA
Se sabe desde siempre que la política es una cuestión peluda, pero puede que no se sepa tanto que también es una cuestión de bigotes. En el 10 de Downing Street tienen claro que los bigotes tienen peso y valor. Actualmente, unas 100 libras al año, exactamente.
¿Pero de qué estamos hablando? Pues sí, del Jefe Ratonero de la Oficina del Gabinete del Reino Unido (Chief Mouser to the Cabinet Office), un cargo que desde 2011 ejerce Larry.
Larry es el actual titular de un cargo que está documentado desde 1929, aunque se tienen referencias desde el reinado de Enrique VIII, en que su Chancellor instaló su gato como mascota y como anti ratas.
Se ha documentado el cargo de Jefe Ratonero desde 1929, cuando se habilitó una partida presupuestaria para el mantenimiento de un gato “eficiente” en Downing Street. La partida es sólo de un penique, pero ya se sabe que los sueldos consolidan presupuesto.
Desde entonces, han pasado por el cargo diferentes gatos y gatas, siendo Wilberforce el que tuvo un mandato más largo. Wilberforce vio pasar desde su puesto a Edward Heath, Harold Wilson, Jim Callaghan y Margaret Thatcher. Se puede considerar, pues, que Wilberforce no tuvo reparos en servir tanto a laboristas como a conservadores durante su ejercicio.
Humphrey, el sucesor de Wilberforce, tampoco tuvo escrúpulos en restregarse contra las piernas de primeros ministros conservadores y laboristas; estuvo en el cargo compartiendo sillones con Margaret Thatcher, John Major y Tony Blair.
El actual Jefe Ratonero es Larry, el cual fue designado por David Cameron, y durante un tiempo tuvo que compartir el cargo, y consiguientemente las galletas, con Freya, la gata de George Osborne, ministro de Finanzas en ese momento. De hecho, Larry fue despedido por su pereza y su falta de interés en su trabajo: se negó a levantarse del sillón para ejercer sus funciones de caza de ratones, aun cuando éstos estaban pasando justo por delante de sus bigotes. Freya, la gata de Osborne, era más eficiente en su cometido y durante un tiempo dejó a Larry desempleado. Finalmente, Larry recuperó su posición y Freya fue enviada a una jubilación dorada, después de unos cuantos intentos de escapar y de un atropello.
Actualmente Larry convive con Theresa May y parece que no ve peligrar su puesto de trabajo.
Y es que, aunque parezca mentira, los gatos del 10 de Downing Street son carne de prensa. De hecho, se recuperó la figura del Jefe Ratonero después de que se vieran dos ratas correr en una conferencia de prensa en la puerta de la residencia del Primer Ministro. Se conocen sus rivalidades, sus batallas, sus caracteres. Se cuentan las andanzas de los gatos y hasta se publican tiras cómicas con ellos de protagonistas en los periódicos. Cameron tuvo que explicar que a Larry no lo mantiene el erario público, sino que su mantenimiento sale del bolsillo de los habitantes de Downing Street.
Pero también tienen su peso en la comunicación: el director de comunicación de Cameron obligó a éste a salir en fotos con Larry en su regazo para romper la imagen de frialdad y distanciamiento que siempre ha tenido. Y la adopción de Larry de un hogar de perros y gatos disparó la demanda de adopción de animales abandonados y reforzó la imagen de familia feliz que siempre ha querido transmitir el ya ex Premier.
Así, lo que empezó por necesidad, esto es no tener ratas corriendo por la residencia oficial del Jefe del Gobierno, se ha transformado (parcialmente, parece ser que siguen cazando ratas) en un elemento de comunicación del 10 de Downing Street. Ya sea por sus correrías, que dan juego en la prensa, o por su uso en la imagen pública de quien habita en este domicilio, el Jefe Ratonero tiene asegurado el trabajo por una larga temporada.
Alexandra Vallugera es politóloga por la Universitat Autònoma de Barcelona. (@alexvallbal)
Publicado en Beerderberg
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