El futuro de los partidos políticos: crecer o morir

RICARDO AMADO

Partidos políticos de todo el mundo experimentan una severa crisis. Sean de izquierda o de derecha, de masas o de cuadros, nuevos o tradicionales, los ciudadanos no confían en sus partidos. Los sienten lejanos. No se sienten representados. Piensan que en buena medida todos son iguales.

La desconfianza con los partidos es unánime en la región tal y como se evidencia en la Figura I. En Brasil alcanza niveles del 87,5%. En Colombia, del 85,2%. México registra un 83%. Uruguay, en el otro extremo, es el único país con niveles de confianza por encima del 30%. La percepción generalizada es que los partidos sólo buscan su propio beneficio y no el de la ciudadanía en su conjunto.

gráfico 1 ricardo amadoFigura I – Confianza en los partidos políticos (Fuente: Latinobarometro)

La crisis ha tenido consecuencias electorales en varios países. Chávez llegó al poder en Venezuela en 1998 en buena medida con un discurso en contra de los partidos políticos tradicionales. Sólo diez años antes, en las elecciones de 1988, los dos principales partidos, Acción Democrática y COPEI, habían logrado más del 93% de los votos. Todo indicaba que el sistema bipartidista estaba consolidado.

La polarización electoral se juega en varios países en el terreno de “partidos vs. ciudadanos”. Esto explica casos de outsiders exitosos como Correa en Ecuador (2006) y su triunfo “contra la partidocracia”. Entre los casos más recientes tenemos a El Bronco, en Nuevo León (México), electo como primer gobernador “independiente” también con un fuerte discurso antipartidos.

El problema es complejo y trasciende el tema de la imagen. Los ciudadanos saben que los partidos son necesarios, pero al mismo tiempo sienten que sus partidos están absolutamente alejados de sus vidas. En la gran mayoría de los casos los partidos se han reducido casi exclusivamente a su función electoral. Los ciudadanos rechazan categóricamente que “sólo vienen cuando hay elecciones”.

Cualquier intento por posicionar/reposicionar la marca de un partido requiere construir/reconstruir vínculos con la ciudadanía mas allá del periodo electoral. Los partidos necesitan reasumir con vigor su función fundamental de “recoger y agregar demandas de la sociedad”. En resumen: salir a la calle a escuchar.

La crisis de los partidos no es sólo de imagen, también es de ausencia de ideas. Muchos partidos han renunciado a sus convicciones ideológicas y al deseo de discutir y presentar un proyecto definido de sociedad. Los ciudadanos concluyen inconscientemente que la ausencia de banderas y luchas diferenciadoras evidencia que los partidos “no creen en nada”.

Posicionamiento y contraste

Necesitamos trabajar con visión de mediano y largo plazo para que la marca de nuestro partido sea asociada nítidamente a las audiencias, temas, valores y atributos de los que deseamos apropiarnos. Si no logramos ser asociados a algo concreto, estamos en el estado de riesgo superior: “Todos son iguales”.

El primer paso en una estrategia de comunicación política para un partido con intenciones reales de llegar al poder es definir un posicionamiento que nos diferencie antes el resto de las opciones partidarias. Necesitamos construir un contraste claro que facilite una polarización de “ellos vs. nosotros”.

¿Cómo queremos ser percibidos como partido? ¿Cómo un partido moderno sin los vicios del pasado? ¿Cómo un partido que defiende a los trabajadores? ¿Cómo un partido que lucha contra la corrupción? ¿Cómo un partido que lucha por los mas necesitados? Necesitamos una respuesta sencilla que oriente nuestro trabajo político y comunicacional.

El PRO en Argentina logró apropiarse de la idea de la “nueva política” y contrastar contra la clase política tradicional. Morena en México intenta comunicar que todos los otros partidos son corruptos y responden a los mismos intereses. El Partido Demócrata en Estados Unidos intenta permanentemente posicionar a los Republicanos como el partido que busca beneficiar a los ricos. Ideas sencillas con contrastes potentes. 

El posicionamiento por contraste es fundamental. Necesitamos dejar claro que nuestro partido es distinto, que cree en ideas distintas, que lucha por cosas distintas, que se relaciona con sus bases y con la ciudadanía de manera distinta. La marca se construye/fortalece por acumulación. Nuestra comunicación tiene que proyectar nuestras diferencias.

Cuatro condiciones para construir cercanía y confianza

La desconfianza hacia los partidos no implica su desvalorización como institución. Hay “hambre” de mejores partidos, sean nuevos o viejos, de izquierda, de centro o de derecha. Se buscan partidos que crean y luchen por causas concretas junto a la ciudadanía, buscando transformar las sociedades que desean representar. Veamos cuatro condiciones necesarias para crear marcas partidistas fuertes.

1. Partidos con convicciones

Los partidos modernos no pueden sobrevivir sin ideas, sin debate, sin discusión “hacia adentro y hacia afuera”. ¿En qué creemos? ¿A favor de qué luchamos? Y por contraste, ¿en qué creen nuestros adversarios? Necesitamos trascender los documentos fundacionales y el honor correspondiente a los grandes lideres históricos.

Necesitamos asumir la ideología como el conjunto mínimo de creencias e ideales que definen lo que somos y, sobre todo, nuestra visión y aspiración de sociedad. La ideología igualmente debe orientar con nitidez la definición de nuestros adversarios y enemigos. ¿Contra qué y quiénes luchamos? Ver Figura II.

gráfico 2 ricardo amadoFigura II – Convicciones fundamentales.

Los partidos “tradicionales” tienen el desafío de abandonar la comunicación tipo “apología del pasado” y dar una mirada de futuro sin que esto implique abandonar  banderas históricas.  Los partidos modernos/contemporáneos tienen a su vez el desafío mayúsculo de superar la diferenciación en base a formas.  Necesitan comunicar su justificación de ser: “¿Por qué y para qué han surgido?”.

Tenemos que comunicar con coraje nuestras banderas. Si creemos que hay que reducir impuestos, digámoslo! Igual si pensamos que las empresas extranjeras no deben participar de la operación de los recursos naturales, digámoslo! Los ciudadanos no esperan coincidir con nosotros en todo. Sí esperan que creamos en algo y lo digamos con transparencia.

2. Partidos con presencia en las comunidades, que salen a la calle a conversar y escuchar.

Los partidos del futuro tienen que asumirse como redes descentralizadas e interconectadas que discuten los grandes temas nacionales pero también temas locales de inmediata preocupación para los vecinos. Necesitamos potenciar nuestra relación con la militancia, conversar y escuchar de verdad, fortalecer nuestras estructuras y recuperar presencia en calles, barrios y comunidades.

Cada partido debe repensar sus espacios de relacionamiento ciudadano y militante. Un ejemplo reciente es Podemos y sus “círculos” descentralizados de voluntarios interesados por el cambio en España. Necesitamos innovar en la conformación de estructuras territoriales. Lo que no podemos pretender es querer fidelizar a nuestros simpatizantes únicamente a través de la televisión hablando sólo de temas nacionales.

Tenemos que salir a la calle con energía, con método y buscando a los ciudadanos en los lugares donde sea mas efectivo construir una relación. Tal vez en la casa del partido, tal vez en sus propios espacios comunitarios, o quizás saliendo a la calle a hacer puerta a puerta y conversar con los vecinos.

Un proyecto de “conversaciones” en territorio requiere transmitir humildad, honestidad y agradecimiento: estamos escuchando para mejorar como partido, para rendir cuentas de nuestras acciones y propuestas, para discutir nuestros problemas y para ponernos al servicio de la comunidad.

Un partido con visión de futuro invertirá en generar conversaciones que alimentan una base de datos, y con perspectiva de que cada interacción continúa a través de canales y espacios complementarios (cartas, teléfono, email, SMS, Whatsapp, etc.). Producto de una visita podemos comunicar que escuchamos realmente y adicionalmente que pensamos hacer algo con eso que escuchamos.

3. Partidos que abrazan causas del lado de los problemas de la gente.

Las causas son, por naturaleza, iniciativas y/o demandas ciudadanas que el partido decide apoyar. El proyecto de transparencia conocido como “Ley 3 de 3” en México es un buen ejemplo de una causa a la que se han plegado varios partidos. Algunos han ido mas lejos y han asumido el proyecto como parte de su plataforma de propuestas.

Necesitamos escuchar y responder. Necesitamos tomar posiciones sobre demandas populares y explicar cómo pensamos mejorar la vida de la gente. ¿Cómo pensamos mejorar la seguridad? ¿Y el empleo? ¿Cómo esperamos mejorar la educación de nuestros niños? Mucho mejor si además lo hacemos apoyando iniciativas ciudadanas.

Los partidos del futuro luchan permanentemente por causas concretas. A modo de ejemplo, el Partido Conservador británico ha querido posicionarse del lado de las familias y, en esa línea, ha abrazado una causa orientada a duplicar el número de horas gratis a las que podrán acceder padres trabajadores de niños de tres y cuatro años. Ver Figura III.

gráfico 3 ricardo amadoFigura III – Causas del Partido Conservador

La comunicación política se potencia cuando simplificamos la idea de “por qué y quiénes estamos luchando” de una manera en la que conectamos con problemas y demandas ciudadanas. Es en este momento cuando damos un paso adelante y nos posicionamos como un partido que trabaja con acciones concretas para beneficiar a la gente.

4. Partidos pensados como plataformas de convocatoria y movilización permanente.

Los partidos modernos deben asumirse como plataformas de organización y movilización ciudadana. Desde esa concepción, los partidos deben convocar permanentemente a simpatizantes, militantes y a la ciudadanía en su conjunto a luchar “a favor o en contra de causas específicas”. La idea de la campaña permanente trasciende lo electoral

Un claro ejemplo de convocatoria permanente y de que las elecciones son sólo una de las muchas campañas que hay que impulsar desde los partidos es el caso del Partido Demócrata, el cual, aún en medio de su campaña presidencial, también impulsa en paralelo campañas sobre pago igualitario a hombres y mujeres, y también sobre el cambio climático. Ver Figura IV.

gráfico 4 ricardo amadoFigura IV – Campaña permanente DNC

Convocar permanentemente requiere integrar nuestras banderas y convicciones con las demandas, expectativas y causas ciudadanas, siempre buscando implementar campañas que trascienden lo publicitario y buscan movilizar a la gente a hacer algo, a participar de alguna manera luchando por lo que creen, y luchando tanto por grandes transformaciones como por conquistas específicas.  Ver Figura V.

gráfico 5 ricardo amadoFigura V – Dimensiones de la convocatoria permanente.

El desafío es construir campañas atractivas y movilizadoras desde el partido. Campañas sobre sus problemas y también sobre temas de los que el partido se quiere apropiar. Campañas con objetivos políticos claros que van mas allá de la movilización física, de la tradicional demostración de fuerza. Campañas con un call to action claro, en el que se invita a la ciudadanía a ser protagonistas.

Reflexiones finales

Existen demandas de cambio para los partidos de todo el continente. La ciudadanía y también la militancia piden mayor horizontalidad. Aún hay mucha gente que cree en la política, especialmente si es tratada con respeto y se le convoca a una visión. Los partidos tienen que ser más transparentes y también más humildes.

Hay dos opciones por delante para los partidos: crecer o morir. Crecer e innovar en nuestra relación con la ciudadanía. Crecer y luchar junto a la gente por causas concretas. Crecer en organización y en tecnología, y sobre todo crecer desde la premisa de que el partido es más fuerte en la medida en que sus simpatizantes y militantes se sientan más comprometidos, reconocidos y movilizados.

Ricardo Amado Castillo ha colaborado recientemente en diversos procesos electorales en Argentina, Brasil, Ecuador y México. El foco de su trabajo estudia la intersección entre estrategia, el uso de nuevos medios digitales y la movilización (@ricardoamadoc).

Publicado en Beerderberg

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