AITOR TRESSERRAS
Si diéramos una vuelta por las calles de Barcelona, Madrid, Valencia, etc. y le pidiéramos a algunas de las personas que anduvieran por ahí que nos nombraran a un presidente o a un primer ministro de los países del norte de Europa, ¿cuál sería la respuesta? Lo más probable es que muchos no supieran nombrar a ninguno… Y es que los líderes nórdicos no poseen la popularidad de Biden, Macron, Putin, Meloni o Scholz. Apenas despiertan interés informativo en los medios de comunicación españoles. Ahora bien, en los últimos años hay un nombre en femenino que ha adquirido una importante repercusión mediática: Sanna Marin.
La ex primera ministra finlandesa apareció en la mayoría de medios internacionales, de forma inaudita, en diciembre de 2019 cuando inició su mandato. El hecho de que fuese una joven con tan solo 34 años quien cogiese las riendas del país, en una anómala situación, no dejó indiferente a nadie. En abril de ese mismo año, el SDP (Partido Socialdemócrata de Finlandia), formación política de Marín, pero liderada, en aquel momento, por el experimentado político, abogado y sindicalista Antti Rinne, ganó las elecciones. En consecuencia, Rinne formó un gobierno de coalición, poco menos que una tradición en Finlandia, con otras cuatro formaciones. Sin embargo, pocos meses después, a raíz de la polémica generada por su gestión durante una huelga de trabajadores, se vio forzado a dimitir para salvaguardar la estabilidad del ejecutivo. En ese contexto, el SDP eligió a Marín como nueva líder del gobierno del país.
En un mundo en el cual, hasta hace bien poco, la política ha estado encabezada casi en exclusiva por veteranas personalidades, la juventud de Sana Marín podría haberse convertido ya en un hecho noticiable per se. Asimismo, y aunque no debiera, su condición de mujer pareció incrementar ese interés mediático e informativo a nivel internacional. Dichos factores, no obstante, no parecieron sorprender en demasía a la sociedad finlandesa. Una sociedad que siempre parece ir un paso por delante de la gran mayoría de países europeos. En este sentido, si en España arrancamos en 2019 con el primer gobierno de coalición de nuestra historia, en Finlandia, como se ha comentado más arriba, es algo con lo que están bien familiarizados.
Volviendo a Marín… Encabezó el gobierno a cinco, donde cada uno de los partidos estaba liderado por mujeres y la media de edad de todas ellas no alcanzaba los 40 años. Pero, además de todo lo anterior, hubo otro elemento de la popular dirigente finlandesa que llamó la atención de los medios: su infancia. Creció, tal como ella suele decir, en “una familia arcoíris”: con su madre y la mujer de esta. Dicha situación, nada fácil de gestionar en su infancia, la marcó de por vida. En consecuencia, desde el primer momento como presidenta se implicó en la lucha por la igualdad y por los derechos del colectivo LGTBI.
Si los inicios del gobierno de Sanna Marín ya fueron sonados, solo había que esperar a todos los acontecimientos que se iban a suceder durante su mandato (2019-2023). Apenas unas semanas después de su toma de posesión, empezaron a aparecer los primeros casos de Covid-19 en Europa. Tres meses después, medio mundo estaba confinado. Muchas de las medidas restrictivas estuvieron activas en la mayoría de países, aunque a distintos niveles, hasta bien entrado el 2022. Pese a todo ello, la gestión que realizó el gobierno de Marín de la pandemia, tanto en el ámbito sanitario como en el económico, ha sido elogiada por diversos actores internacionales.
Quizá a raíz de su eficiente gestión del Covid-19 y del consecuente incremento del respaldo ciudadano hacia su figura, se sucedieron diversos escándalos relacionados con su tiempo de ocio: fiestas en tiempos de pandemia, desenfreno en la residencia oficial, supuestas infidelidades, alcohol e, incluso, insinuaciones sobre consumo de drogas. Marín, debiera o no debiera, se disculpó en más de una ocasión. Es más, llegó a realizarse la prueba correspondiente para demostrar a la sociedad que no había tomado estupefacientes. Sin embargo, esos escándalos lograron el objetivo y calaron en la opinión pública… Sus seguidores se volvieron cada vez más fieles y sus detractores, más críticos.
Pero el legado de Marín no termina con la gestión del Covid-19 y con los affaires de su vida privada. El 24 de febrero de 2022, se inicia la guerra de Ucrania. Un conflicto que evoca recuerdos y temores de algo que parecía ya muy lejano… Finlandia decidió en 1947, con la firma de un tratado de paz junto a la URSS en París, posicionarse como país neutral en el conflicto que arrancaba entre Oriente y Occidente, entre comunismo y capitalismo, entre la URSS y EEUU. Una postura que adquirió suma importancia para ambos bloques porque casi se podría decir que Finlandia, un país con un sistema político en sintonía con las democracias occidentales, pero que comparte más de 1.300 km de frontera con Rusia, ejerció, durante décadas, el papel de “muro” entre un mundo y otro.
Sin embargo, como consecuencia de la guerra de Ucrania, el posicionamiento finlandés dio un vuelco. El rechazo a las acciones ejecutadas por Putin en territorio ucraniano y la sensación de inseguridad hacia futuros movimientos rusos han llevado a la adhesión de Finlandia a la OTAN. Después de más de 70 años como actor neutral, Sanna Marín lideró las negociaciones de su país con la Alianza Atlántica. Pero, no solo eso, la dirigente finlandesa fue uno de los líderes europeos que más se solidarizó con Ucrania y sus ciudadanos desde el inicio de la guerra y, asimismo, uno de las más críticos con las decisiones tomadas por Putin.
Para todos los gobernantes de la Unión Europea, la agenda de los últimos cuatro años ha estado marcada, casi en exclusiva, por el Covid-19 y por la guerra de Ucrania. Sanna Marín parece haber hecho una gran labor en ambos casos. No obstante, el 2 de abril de este año se celebraron elecciones parlamentarias en Finlandia y Marin no pudo revalidar la presidencia del gobierno. Aunque su partido logró tres escaños más que en las pasadas elecciones, quedó en tercera posición. Debido a lo cual, Petteri Orpo, líder de la formación de centroderecha Partido de Coalición Nacional, se convirtió en el nuevo primer ministro finlandés.
Si los ciudadanos del país han acertado o no con el cambio de gobierno se verá, quizá, en unos años. En este momento, lo que parece obvio con Orpo a la cabeza es que, a menos que ocurra algún acontecimiento inesperado con Rusia, Finlandia desaparecerá de nuevo del foco internacional. Ahora bien, el legado y las proezas de Marín y su ejecutivo tienen, todavía, un largo recorrido mediático. HBO Max ha estrenado hace unas semanas la serie documental “First Five”, protagonizada por Sanna Marín y las cuatro líderes de su gobierno de coalición. Una serie de tres episodios que profundiza en el gobierno femenino de mayor fama mundial.
¿Fantaseará Petteri Orpo con una hazaña similar?
Aitor Treserras es asesor de comunicación (@aitortresserras)