El poder de las historias para un candidato

GABO DÍAZ

¿Qué es lo que realmente le importa a la gente?

Las historias como un medio efectivo para posicionar a un candidat@, han resultado un excelente instrumento para incrementar el nivel de conocimiento público y conectar a los ciudadanos con quien pretende ser una propuesta ganadora para gobernar a una comunidad de personas.

A la mayoría nos gusta escuchar una buena historia, pero en el caso de las campañas políticas y de gobierno, no cualquier historia conecta, no cualquier historia comunica de manera efectiva y de eso hablaremos ahora en este espacio.

Las historias permiten a las personas comprender, interpretar y asimilar mejor el mundo, en ellas la gente puede encontrar un sentido a la realidad para poderla abordar, para aceptarla, para rechazarla, para identificarse, pensar, recordar y para generar emociones. Todos los seres humanos estamos en búsqueda de significados, para darle un sentido a la existencia propia y asimilarse también como un “ser con los demás”, es un aspecto básico de la naturaleza humana pero que en este caso, también tiene que ver con una visión estratégica.

Sin embargo la historia del candidato en sí, no es lo que realmente le importa a los ciudadanos, porque muchos candidatos abusan de este recurso para enaltecer su historia personal de superación, de su conducta intachable, de que son excelentes hijos o maravillosos padres, de que jamás han robado, o mentido o han sido deshonestos, o para exponer sus altos niveles académicos o bien para construir relatos que intentan cautivar a sus audiencias a niveles novelescos que más que ayudar, perjudican, porque son muy poco creíbles o no tienen que ver con la construcción de una mejor sociedad. 

Contar la historia del candidato no es un asunto menor, las personas, las comunidades, cada día más van aprendiendo la forma en la que los diferentes candidatos y partidos los abordan, por eso el mayor reto de contar la historia del candidato es lograr la credibilidad, basada en la congruencia, para que verdaderamente las imágenes, los videos, las publicaciones, tengan un sentido práctico, positivo, basado en valores, para generar marca y sobre todo, constructivo para ir logrando un posicionamiento que permita llevar a los electores al voto.

La narrativa del candidato no debe ser solo de su historia personal

La narrativa sobre el por qué nuestro candidato pretende posicionarse como la mejor opción para ocupar un cargo público, no debe ser pura inspiración sentimental, sino que debe partir de una profunda investigación cuantitativa, pero también, cualitativa, de lo que los ciudadanos sienten con respecto a sus necesidades más primordiales, tanto personales como colectivas, así mismo, sobre las cualidades que desearían que tuviera su “candidato ideal”, para que mediante la historia podamos encarnarla en nuestro candidato que será más que un simple mortal, sino más bien un mito, una leyenda, un héroe que hasta hoy se mantenía anónimo y que tiene grandes ideales, pero también grandes valores, grandes sueños para generar el bien común.

Todos sabemos que los ciudadanos votan por diferentes razones, la mayoría de ellas ligadas con los sentimientos, por eso es de suma importancia conocer el contexto de la comunidad, para poder conectar de manera efectiva.

La historia personal del candidato debe ser bien analizada, sobre todo en el tema de que no tenga aspectos negativos que sean difíciles de esconder o superar, pero no es lo más importante en fines prácticos, se trata de lograr encarnar los anhelos de la gente, porque definitivamente hay a quienes se les pasa la mano y creen que la narrativa es el mejor momento para presumir que el candidato es perfecto, más sabio que Aristóteles , más valiente que Tancredo y más santo que la madre Teresa, que sus orígenes son humildes y que ahora es millonario o que sobrevivió a una gran catástrofe, pero esto no es suficiente, esto no es el centro de la narrativa, las causas sociales si lo son.

Las causas sociales son el lugar en donde la historia se conecta

Esto tiene una lógica básica, ¿cómo alguien que es muy bueno, que le importa la ciudad y las personas que viven en ella y que ahora pretende dirigirlos y gobernarlos, no ha hecho nada por su comunidad, no ha trabajado eficientemente por mejorar las condiciones de vida, no ha tomado entre sus manos alguna causa social, por ejemplo la de los adultos mayores, el medio ambiente, promover el comercio justo, los desempleados, las equidad de género,  los indígenas, niños de la calle, el reclamo ante la corrupción, abrir bancos de alimentos para personas de bajos recursos, fortalecer la economía familiar, etc. ¿Cómo es posible que no haya hecho nada por nadie y ahora quiera vendernos la idea de que puede administrar una alcaldía,  una ciudad o un país para mejorarlo, para servir a los demás? 

Definitivamente decimos entonces que la mejor campaña política, es cuando no es tiempo de campaña política, porque el trabajo que verdaderamente cuenta para los ciudadanos, es el anterior a la campaña, si nuestro candidato ha realizado mucho trabajo social previo, entonces ha adquirido un arma letal que se llama “autoridad moral” para hablar, para vender ideas, para debatir y sobre todo para posicionar su historia, porque ahora su historia de vida no se trata solo de ella o de él, sino de sus vivencias con la comunidad, de la conexión previa que trae ya con grupos determinados de personas que se incluyeron en sus luchas y  que además han visto de primera mano y saben que su trabajo social es auténtico, porque la mejor campaña se construye desde el desgaste de las suelas de los zapatos y con las manos llenas de barro. Hoy no hay pretextos para dejar de actuar, porque muchas luchas también se pueden continuar haciendo a través de todas las opciones que nos ofrece lo digital y más aún cuando se deben atender a recomendaciones sanitarias como las que estamos viviendo, porque en definitiva, la acción política no se debe detener, en política no existen espacios vacíos.

Del candidato de plástico, al candidato de acción social.

Seamos sinceros, los ciudadanos están hartos de los candidatos de plástico, personajes creados de la noche a la mañana, sin más mérito que ser familiar, amigo o patrocinador del que toma las decisiones, porque en política existe una gran plaga de este tipo de “políticos de ocasión”, también los hay en las organizaciones civiles y en las instituciones, a los que se les construye alrededor una parafernalia publicitaria para posicionarlos de manera exprés, pero que su historia no conecta, no inspira, no motiva a generar un movimiento en el que una mayoría pueda integrarse, por una sencilla razón, no han hecho nada que no haya sido solo en beneficio propio y es ahí en donde preguntamos ¿qué historia pueden contar que sea de interés público, como para que valga la pena ponerles atención?

Hoy más que nunca los partidos están dinamitados, no hay estructuras reales, ni sólidas para creer que se tiene un voto duro confiable, por lo regular los liderazgos que movilizaban ciertas cantidades de personas el día de la elección quedaron obsoletos, porque ya vivieron su ciclo de vida, perdieron credibilidad, se polarizaron, se robaron los apoyos que deberían entregar y se hicieron expertos en simular, la acción diferenciadora por parte del candidato es vital para lograr armar una base de datos nueva en donde podamos ir integrando a cada persona que se convence, para tener una detección real, basada en las diferentes propuestas que emanan de las causas sociales que estamos trabajando, siendo lo más plural posible, porque la gente no sigue al candidato de plástico,  sino al que narra lo que se debe hacer, desde lo que ya ha hecho, desde su historia de vida en donde la comunidad tiene uno de los papeles protagónicos más importantes.

La fórmula de la narrativa poderosa

Definitivamente, cada campaña es diferente, cada consultor también tiene su método, pero lo que es cierto es que el éxito depende de muchos factores, como lo son, el candidato, el contexto social, económico, político, los oponentes, las restricciones de las autoridades electorales, los partidos, el gobierno actual, los medios, las redes, la tecnología, las pandemias y así,  un sinfín de elementos que se deben observar.

Pero existen aspectos que nos pueden ayudar a construir mejor la historia para que sea más efectiva, las resumiré en las siguientes líneas para tener mejor claridad, que podrían ser, centrar la historia en las necesidades y los sentimientos sociales que arrojó la investigación, integrar a la comunidad mediante las causas sociales que sean prioritarias para que funcionen como un punto de encuentro,  hay que viralizar las causas sociales para generar una historia sólida con la comunidad, a esto le sumamos la historia personal del candidato, destacando valores que lo hagan trascender para encarnar la imagen del candidato ideal.  Es de suma importancia exponer el sueño de un gobierno posible, creíble, medible, logrando el objetivo principal que es la participación ciudadana motivada por un líder congruente, un verdadero líder inspirador, porque un candidato simple, es un simple candidato. 

 

Gabo Díaz es CEO de Inteligencia política Marketing&Consulting. Experto en campañas políticas  y gobiernos locales. Vicepresidente de ALACOP y AICODI. (@gabodiazlomeli)

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