Ante el doloroso conflicto de Chiapas, la posición permanente del Gobierno Federal será la de insistir en que el diálogo es el único camino para una paz digna, justa, permanente.
Se trata de un conflicto que ya ha causado demasiada zozobra en todos los mexicanos.
Se trata de un conflicto que ha frenado la dinámica de la recuperación económica y ha oscurecido las perspectivas del desarrollo del país.
En consecuencia, se trata de un conflicto que ha aminorado la generación de los empleos que demandan los mexicanos.
Un conflicto que comienza a lastimar el ahorro de los mexicanos y que amenaza sus justas aspiraciones de bienestar, sobre todo para los hombres y las mujeres de Chiapas.
Se trata, en suma, de un conflicto que en sus manifestaciones y en sus efectos contradice notoriamente las demandas de quienes se inconformaron.
Ratifico, con toda claridad, que para resolver este conflicto debemos obtener una amplia y seria negociación.
Por eso mantengo y mantendré siempre los ofrecimientos formulados, incluso antes de asumir la Presidencia de la República, para que esa negociación comprenda todos los temas que pueden contribuir a una paz con justicia y dignidad.
Quiero insistir en que mantengo y mantendré la disposición a negociar en el marco de derecho, pero (…..) que permita avanzar hacia la paz.
En una negociación de buena fe, no puede quedar excluido ningún tema social, político, agrario, indígena o político de interés legítimo para las partes en conflicto.
Empero, ninguna negociación puede celebrarse bajo condiciones de violencia física o de violencia propagandística.
Los golpes de espectacularidad de ningún modo demuestran disposición para dialogar o negociar.
Es indebido incurrir en la amenaza o en el chantaje; debe actuarse con seriedad y responsabilidad. Así actuará el Gobierno de la República.
Hoy, ante este foro de inteligencia y creatividad, reitero al EZLN el llamado a no emprender actos de violencia, a aprovechar todas las vías que se han abierto para sostener un diálogo pacífico y constructivo, y a escoger sin vacilaciones el camino de la negociación para la paz con justicia que todos anhelamos.
Reitero, el Ejército mexicano mantendrá unilateralmente el cese al fuego.
Con beneplácito, he recibido la noticia de que todos los partidos políticos representados en el Congreso de la Unión, han aceptado formar parte de la Comisión para el Diálogo y la Mediación por la Paz, que me permití proponer hace unos días.
Hoy, con todo respeto, me permito urgir que se concluya la integración de esa Comisión para que procure por todos los medios a su alcance, el establecimiento del diálogo entre las partes en conflicto.
De igual modo, hago un llamado a todos los actores políticos del país, para que asuman sin reservas su responsabilidad en la búsqueda de la paz con justicia y dignidad para Chiapas.
En este sentido, estoy seguro de que la Comisión para el Diálogo y la Mediación por la Paz tomará en cuenta todos los puntos de vista. Escuchará a todas las instancias que puedan contribuir a lograr el diálogo y sabrá ganar su colaboración.
En la labor de acercamiento y conciliación, toda posibilidad debe ser explorada, siempre que obedezca a un afán de auténtica mediación neutral y de buena fe. Siempre que no responda a afanes protagónicos o a una fingida imparcialidad.
De ahí que el Gobierno Federal de ningún modo descalificará la labor que pueden realizar otras instancias o incluso actores individuales, para avanzar hacia el diálogo.
Si el EZLN propone que la llamada Comisión Nacional de Intermediación, CONAI, puede proporcionar elementos para tender el puente que todos queremos para el diálogo y la negociación, hago un llamado a los miembros de la CONAI para que apoyen el esfuerzo de la Comisión para el Diálogo y la Mediación para la Paz, integrada por legisladores de todos los partidos.
Hoy reitero mi inquebrantable determinación de buscar siempre las vías del diálogo y la negociación para resolver el conflicto en Chiapas y en cualquier otro lugar.
En esa búsqueda, nunca se agotará nuestra paciencia. Incluso frente a las tentativas aisladas de violencia que se han registrado en las últimas horas.
Frente a la intolerancia, responderemos con más paciencia. Los únicos límites que todos debemos acatar, que nos obligan a todos por igual, son los que marca la Constitución General de la República.
Por eso, el Gobierno Federal tiene la responsabilidad jurídica y la obligación social de aplicar la ley. Así, todo acto delictivo debe ser tratado como tal.
He dado instrucciones al procurador General de la República para que inicie las averiguaciones previas e investigaciones, para determinar la posible configuración de actos delictivos desde el inicio del conflicto en Chiapas hasta los hechos del día de ayer, y proceda en su caso a la consignación de quienes resulten responsables.
Que quede claro. Los mexicanos queremos vivir en un estado de pleno derecho. Queremos avanzar como un país de leyes que obligen a todos por igual.