En último resultado, si al Sr. Silvela le parece mi sistema anticuado porque me levanto siempre a decir que todo va muy bien, a mí me parece más anticuado y de peor gusto el sistema de S.S., que siempre se levanta a decir que todo va muy mal; y entre sostener que todo va bien y sostener que todo va mal, me parece mejor lo primero que lo segundo.
Pero, después de todo, cuando yo digo que el señor Silvela atribuye al partido liberal males porque los recuerda de su partido, estoy en lo cierto; porque eso de que yo me levanto a decir que todo va bien, muy bien, eso lo ha dicho el partido conservador, y del partido conservador lo he aprendido. Recuerde S.S. la cantinela constante con que el partido conservador contestaba a las impugnaciones que nosotros le hacíamos: que todo marchaba bien, muy bien, perfectamente bien. Yo no hago más que defenderme y apoyarme en los hechos; S.S. dice que todo va mal, y no ha dado ningún argumento para probar que todo va mal; yo digo que todo va bien, en contestación a lo que dice S.S. De manera que cuando S.S. demuestre que va mal, y por qué va mal, yo le demostraré que va bien, y por qué va bien. No tengo más que decir.