Señor Presidente:
Chile concurre a esta reunión plenaria, con una mirada de esperanza, pero también, digámoslo, de frustración.
Quiero ser claro: no hemos avanzado lo que esperábamos lograr cuando nuestra organización cumpliera sesenta años. Es cierto, Naciones Unidas ha sido clave en la historia en las últimas décadas.
Su aporte en la solución de 170 conflictos, en 60 misiones de paz desde el año 48, da cuenta de su presencia fundamental, pero Naciones Unidas y la agenda internacional actual, es más que eso.
Por ello hemos insistido en la necesidad de impulsar una reforma integral, basada en la tríada Seguridad, Derechos Humanos y Desarrollo, que esa tríada sea un todo, en cuyo centro está la persona humana.
Para Chile, señor Presidente, el multilateralismo no es una mera categoría conceptual o un eslogan, es una realidad política, es parte de la política local cuando hay un país abierto, como es Chile, al mundo.
El interés nacional de un Estado relativamente pequeño como Chile aparece mejor protegido por un sistema multilateral eficaz, un sistema de derechos y deberes, donde vayamos en conjunto asumiendo las tareas de un orden internacional más justo y más equilibrado.
Porque creemos en esta dimensión de derechos y deberes, fuimos a Haití desde el primer llamado que hizo el Consejo de Seguridad. Había una obligación ética y política de ayudar a construir la paz en el país más pobre de nuestro Continente. Hoy esperamos que las elecciones se lleven a cabo como corresponde y la cooperación internacional llegue con oportunidad.
Con el mismo espíritu hemos trabajado por cumplir las Metas del Milenio. Y hemos logrado cumplir dichas metas tras políticas públicas claras en defensa, particularmente, de los más postergados, de los desheredados de esta Tierra.
Hoy, en esta Asamblea resuena una pregunta: ¿Cuándo y cómo vamos a llevar adelante una política de bienes públicos globales, que busque a nivel mundial disminuir las brechas entre ricos y pobres, y avanzar hacia una mayor equidad?
La globalización está aquí para quedarse, y porque creemos que la globalización es una realidad, ella debe expandirse a favor de las grandes mayorías, bajo la lógica de una dimensión ciudadana global.
Señor Presidente:
El documento final de esta Cumbre, finalizado con gran esfuerzo a pocas horas de su inauguración, tiene que ser visto con interés y satisfacción. Aunque ese documento no responde plenamente a nuestras expectativas, lo vemos como un punto de partida respecto al camino de cambios que la Organización requiere. Ese documento no es la meta misma, es el inicio de un camino. La mayor parte de su texto consagra una agenda de desarrollo, cuya materialización requiere de una alianza global.
Valoramos particularmente la creación de un Consejo de Derechos Humanos, cuyas características esperamos ver cabalmente resueltas antes del término de esta Asamblea. Valoramos que en ese Consejo de Derechos Humanos, todas las naciones pertenecientes a Naciones Unidas sean analizadas con igual transparencia.
La Comisión de Construcción de la Paz y el Fondo para la Democracia, son dos entidades cuya puesta en marcha tiene el signo del futuro y respecto del cual nosotros queremos avanzar conjuntamente. Una contribuirá a la reconstrucción y la reconciliación en países que emergen del conflicto. La otra, potenciará las capacidades nacionales para implementar los principios y las prácticas democráticas. Chile ha hecho una contribución inicial y respalda el desarrollo de este Fondo.
Tenemos que traducir la vigorosa condena que hemos hecho al terrorismo, en todas sus formas y manifestaciones. Debe traducirse en un impulso político para finalizar la Convención Universal Contra el Terrorismo, antes que este período de sesiones concluya. Estos y otros logros de hoy, y los que vengan, generan la esperanza y señalan tareas pendientes, tareas pendientes tales como tener un Consejo de Seguridad que refleje la realidad política del mundo de hoy y no la realidad política existente al finalizar la II Guerra Mundial. Sesenta años después se requiere un Consejo de Seguridad que refleje al mundo de hoy.
Finalmente, quisiere señalar que Chile compromete toda su voluntad política para avanzar en estas tareas, para gestar un mundo donde lo multilateral sea el marco de la convivencia internacional. Aún es tiempo que este período de sesiones se convierta en un punto de inflexión histórico, un momento donde la reforma ineludible de nuestra organización se ponga en marcha y la proyecte con vigor a un futuro de eficiencia y relevancia. La humanidad de este siglo XXI lo necesita y lo reclama.
Muchas gracias.