El pasado 18 de septiembre retomábamos la celebración de los encuentros Beers & Politics tras el verano. Para empezar el curso contamos con Joan Navarro, Socio, Vicepresidente y Director Senior de Asuntos Públicos de LLORENTE & CUENCA.
Joan Navarro comenzó su intervención con ánimo de inyectar en el público una cierta perspectiva histórica de la profesión del lobista. Entró directamente a la perenne discusión de cuál es el oficio más viejo del mundo y, sin pretender atribuirle al lobista el título, sí concluyó que el lobby existe desde la época de las tribus, siendo una herramienta tan vieja como la propia organización social.
La versión contemporánea del lobby, afirmó, está inevitablemente relacionada con el gobierno representativo y el desarrollo de los sistemas democráticos modernos. Sin embargo, en nuestros días, el lobby no vive al margen de la sociedad ni de sus problemas. Joan no dudó en referirse a la estrechísima línea divisoria que hay entre la legítima gestión de la influencia y el tráfico de influencias. Habló de una “zona oscura” y de una “zona de luz”, e insistió en que el lobby ha de estar en la segunda.
Para ello, afirmó, es imprescindible una regulación en positivo de la actividad, partiendo de principios consolidados, como el de participación, es decir, la toma en consideración de la opinión de los regulados en las decisiones del regulador. Valoró positivamente los pasos adelante que se están dando en la normalización de la actividad, aunque dejó clara su apuesta por el modelo aplicado en la Unión Europea. En España, consideró que la Ley de Transparencia ha sido una oportunidad perdida y lanzó la previsión de que será muy probablemente una comunidad autónoma, Cataluña, quien afronte en primer lugar la regulación del lobby en nuestro país.
Hubo tiempo también para hablar de la situación de la profesión. Joan diferenció dos perfiles, el del lobista y el del consultor de Asuntos Públicos. El primero representa intereses ante los poderes públicos y los influenciadores; el segundo (su caso) no representa intereses directamente, sino que asesora a las empresas y organizaciones en la mejor forma de gestionar su influencia ante la Administración.
Finalmente Joan, se refirió a dos aspectos que consideró claves en su oficio. Primero, la importancia de la reputación (“no hay influencia sin reputación”). Segundo, la relevancia de la utilidad pública: para Joan Navarro el mejor lobby es aquel que, de forma transparente, consigue integrar intereses y generar consensos razonables, aquél que no olvida que en la defensa de sus intereses particulares nunca olvida el interés general.
Además de este resumen, puedes leer el que ha hecho Alberto Martín Bravo en su blog y el storify con los principales tuits del encuentro. (Resumen realizado por Ignacio Martín Granados en su blog)