Palabra de moda, “populismo” significa cosas distintas según quien la emplea y según quien la lee o escucha. Para algunos, se trata de llevar la democracia más allá de los límites de la vigente democracia representativa; para otros, es simplemente un sinónimo de fascismo. ¿Cómo es posible que ese concepto, “populismo”, dé lugar a interpretaciones tan dispares? En este texto Jorge Verstrynge clarifica cuál el sentido que hay que dar a esa palabra, huyendo de manipulaciones interesadas, y delimitando qué ha de entenderse –y qué no– cuando es utilizada.
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