RUBY SORIANO
México vive días de guerra, de un franco y abierto enfrentamiento contra la corrupción y organizaciones del crimen organizado que encontraron en el robo de combustible, un rentable negocio con ganancias multimillonarias.
Desafortunadamente, en esta cruzada contra unos de los ilícitos que más ha dañado a México después del narcotráfico, se suscitó la primera gran tragedia con la muerte de más de 70 personas en la población de Tlahuelilpan, Hidalgo al registrarse una explosión en un ducto del que extraían combustible.
El presidente Andrés Manuel López Obrador destapó la caja de pandora que por años se mantuvo cerrada en Petróleos Mexicanos, que sirvió como caja chica de presidentes, gobiernos, partidos y grupos de poder quienes saquearon y robaron a manos llenas, convencidos que el pastel alcanzaba para muchos tiempos por venir.
La llegada de un nuevo gobierno, puso en marcha una estrategia muy cuestionada por los detractores lopez-obradoristas quienes desde hace casi cuatro semanas, critican la decisión del mandatario mexicano al cerrar los ductos y acorralar de esta manera a las cabezas de los cárteles que vieron seriamente afectadas sus ganancias con la decisión presidencial.
La escasez de combustible en algunos estados del país fue el primer detonante de inconformidad; sin embargo pese a ello, una parte importante de la población se mantuvo apoyando la decisión del Gobierno de México para ir duro y en serio contra el llamado negocio del huachicol que deja a la delincuencia organizada ganancias anuales superiores a los 68 mil millones de pesos.
En esta cadena de corrupción están involucrados al menos los últimos tres sexenios presidenciales que ignoraron y permitieron que este ilícito crecieron con el visto bueno de altos funcionarios de PEMEX y altos mandos de los gobiernos.
A esta cadena delincuencial, poco a poco se fueron sumando al “rentable” negocio de la ordeña de ductos y venta ilícita de combustible, políticos, diputados, presidentes municipales, empresarios, trabajadores de Pemex y poblaciones enteras.
Pobreza, ambición y poder origen del huachicol
¿Quiénes son los responsables del robo de combustible en México? La respuesta hoy en día involucra a muchos actores del poder que durante décadas sacaron provecho de la pobreza y necesidades de aquellos que se convirtieron en la carne de cañón para empezar a ser la mano de obra que ampliara este negocio.
Muchos han sido los gobiernos que desde las cúpulas de gobernanza traficaron con el uso y distribución de programas sociales, restringiendo recursos a poblaciones enteras y agudizando la pobreza en regiones, donde la migración dejó de ser opción.
Fue entonces cuando muchas de esas personas que agotaron todas sus posibilidades en el campo, se unieron y aceptaron esas ofertas de organizaciones delictivas que sentaron sus centros de operaciones en estos poblados, donde empezaron a aleccionar a los llamados “halcones” que alertaban de la presencia del ejército.
Niños, jóvenes, ancianos, mujeres poco a poco se fueron uniendo a este gran negocio en el que dejaron de ver el riesgo que corrían sus vidas.
A todo esto, hay que sumar, el lavado de dinero, la irrupción de gasolineras con grandiosas ganancias, negocios inmobiliarios, financiamiento de campañas políticas y gobiernos coludidos con las bandas de huachicoleros.
La tragedia
La estrategia del Presidente de México para combatir el robo de combustible es drástica y frontal. Muchos de sus críticos aseguran que cederá antes las presiones que las bandas de huachicoleros están ejerciendo para frenar los golpes a sus jugosos negocios.
En las últimas semanas y ante la decisión del mandatario del cierre de ductos, las organizaciones delictivas realizaron varios sabotajes en ductos del país, con la finalidad de robar el combustible.
La tarde del pasado viernes, en una población del estado de Hidalgo se registró lo que tanto se temía.
En circunstancias de total negligencia, cientos de pobladores se acercaron hasta el ducto perforado del que brotaba el combustible como una gran cascada y donde se apresuraban a llenar todo tipo de recipientes con gasolina.
La presunta caída de un celular detonó una gran explosión.
Queda aún por investigar si esto se provocó por las bandas criminales que estaban buscando frenar la estrategia de combate al robo de combustible. Es una dura, durísima lección.
México está frente a una guerra frontal contra el crimen organizado y todos los intereses que hay detrás del robo de combustible. Los costos serán muy altos, pero nos merecemos un país que frene esta corrupción y como ciudadanos entendamos que quienes entran a estas actividades ilícitas ponen en riesgo su vida.
Sin duda, la cruzada que el Presidente de México inició contra el robo de combustibles tocó muchos intereses y hoy de manera mezquina buscan a toda costa preservar sin importar que utilicen a personas para salvaguardar sus negocios ilícitos.
Ruby Soriano es Consultora y estratega en comunicación política, gubernamental, campañas electorales y marca personal. Directora de Mediatikos Consulting (@rubysoriano)
Deja una respuesta