Alberto Astorga

Alberto Astorga es Coach y Trainer Político y de Equipos

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Twitter: @CoachBadajoz
Web: www.visioncoach.es
eMail: albertoastorga@visioncoach.es
Teléfono móvil (+34) 645881324

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¿A qué te dedicas?

Me dedico a aportar servicios de coaching y trainer para directivos empresariales y sus equipos. Pero también, y preferentemente por mi experiencia, a los políticos y a sus organizaciones. Creo que es un sector con muchas áreas a mejorar y a las que no prestan la atención adecuada porque desconocen sus carencias.

¿Cómo te formaste?

Universitariamente me licencié, ahora son grados, en ciencias económicas y empresariales. Soy economista por puro pragmatismo, porque mi vocación siempre ha estado más orientada hacia las humanidades. Eso me ha servido para buscar una visión más interesada sobre las personas y sus comportamientos, su mejor gestión para obtener los mejores resultados para las organizaciones y para el contexto en el que actúan.

Por eso he intentado formarme continuamente en las mejores técnicas para lo que he tenido que afrontar en cada momento, cómo hablar en público, cómo hacerlo persuasivamente, como argumentar mejor, como negociar y gestionar situaciones difíciles y conflictivas, como alcanzar un mejor liderazgo de los equipos.

Conocí el coaching por pura casualidad hace cuatro años y me pareció una herramienta muy interesante y desconocida para planificar toda acción orientada a alcanzar grandes resultados, cambiar las creencias que cada uno tenemos interiormente instaladas que limitan nuestras acciones y gestionar acertadamente nuestras emociones y las emociones de aquellos con los que trabajamos.  Realicé mi formación con diversos cursos expertos en coaching personal, de ejecutivos y de equipos y me asocié a la Asociación Española de Coaching y creé mi propia empresa VisionCoach.

¿Cómo llegaste a ser consultor?

Fue un desenlace natural fruto de “haber sido cocinero antes que fraile”. Ya desde la época universitaria participé en movimientos estudiantiles y viví muy de cerca la representación estudiantil en la reforma universitaria que se realizó en 1984, participando activamente en las candidaturas que se presentaban a los claustros que se estaban constituyendo. Posteriormente milité en el mundo sindical organizando procesos electorales, tanto internos como de representación, siendo elegido como miembro de junta de personal y como parte de la estructura de la organización.

Todo ese gusanillo desembocó en el año 92 en la afiliación política. Mi orientación liberal me llevó a afiliarme al Partido Popular y, prácticamente desde los primeros momentos, pude participar en su organización provincial y regional como miembro de sus órganos de gobierno, donde me dedique a la organización territorial y a la organización electoral de los distintos procesos electorales. Organización, estructura, equipos, direcciones, mensajes. Todo ello en paralelo con el desempeño de distintas tareas institucionales como asesor en delegación de gobierno, diputado regional y concejal municipal, donde me dedicaba siempre a las áreas de empleo, contratación, hacienda,  economía y coordinación de equipos. Todo ellos me ha servido para atesorar un gran equipaje de experiencia en dirección de equipos, liderazgo y política.

Creo que la política, tal como la entiendo en términos de debate y de aportación de ideas y de opciones, se ha deteriorado en los últimos años por la creciente degradación de las personas que han ido entrando en ella de forma interesada. Por eso, dejé la política activa, pero me niego a creer que no se pueda hacer nada por mejorarla. Quiero aportar mi grano de arena en mejorar aquello que creo que no funciona todo lo bien que se espera.

Por eso me dedico a la consultoría. Creo que las personas que se dedican a la política deber ser conscientes de para qué están en ella, cual es su objetivo y su motivación para estar. Buscar la esencia de las personas para su mejor desempeño. Entiendo que el servicio público no se trata de un trabajo con un horario y un sueldo, sino de una vocación personal a la que te dedicas con o sin sueldo. Ese no debe ser el objetivo exclusivo de la política.

¿Cuáles son las cualidades imprescindibles que tiene que tener un buen consultor/a?

Algunas de ellas podrían ser el conocer el entorno en el que te estas moviendo, saber cual es su lenguaje, sus formas de actuar, sus relaciones y dependencias internas como sistema que es, saber cuáles son los objetivos personales y de equipo que se persiguen. Y para ello es fundamental escuchar. Al igual que solo escribe bien quie ha leído mucho, solo se puede hablar con criterio y con razones si antes se ha sabido escuchar adecuadamente.

Cuando se está en determinadas posiciones que revelan un estatus, se tiende a hablar más que a escuchar. Uno se cree que debe enseñar a los demás contándoles lo que ha hecho él, habla de él, y se olvida de escuchar al interlocutor. Según se va ascendiendo en responsabilidades en una organización, va creciendo el ego, el personalismo y el ombligo propio y se olvida de dónde se viene y quién realmente se es.

¿Qué consejo les daría a quien quiere iniciarse éxito en el sector?

Les daría dos. El primero sería escuchar y observar la política con pensamiento crítico para conocer cuál es el campo de juego. Solo se puede amar la política si se tienen claros determinados objetivos de honestidad y transparencia. Llegar a la política es buscar el bien común, aunque algunas decisiones perjudiquen personalmente. Analizar lo que sucede de forma crítica es analizar las conductas de las personas que mueven sus ambiciones en ese tablero.

La segunda es aportar una especialización. La consultoría es siempre un equipo multidisciplinar de personas que entienden de distintos aspectos con un objetivo único. La comunicación política consiste en sacar al exterior, dar a información pública, todo aquello que el líder y su equipo elaboran en sus “war-room”. Si alguno de esos ámbitos falla, el resultado final falla.

¿Un libro?

Varios y muy distintos, pero resaltaría “El oficio de político” de Manuel Alcántara Sáez. El último que he leído me ha parecido fantástico: “Eres lo que comunicas” de Manuel Campo Vidal.

¿Una película o serie?

“House of cards”, sea en libro, en serie inglesa o en la más conocida serie norteamericana. Me parece un retrato acertado tanto de las miserias como de la grandeza de la política, del submundo que oculta, de su fontanería y de su escenificación.

¿Un bar?

“La Giralda”, en el barrio de Santa Cruz de Sevilla.

¿Un hobby?

La lectura. Aunque últimamente me estoy aficionando al tiro con arco, un deporte en el que el equilibrio mental es esencial para llegar al objetivo.

¿Una cerveza?

Depende el momento. Cuando hay calor, una rubia suave tipo “Alhambra” o “Cruzcampo”. Para “copeo”, algo más consistente como una “Voll-Damm”

¿Una ciudad para perderse y hacer turismo político?

Estuve por primera vez en Washington hace muy poco para recoger un “Napolitans” por el contenido político de mi web, y me pareció un destino ideal para encontrar la esencia de la política actual. Todo lo que se respira allí es política.

¿Un momento histórico que te hubiese gustado vivir?

La crisis de los misiles soviéticos en Cuba. Es uno de los momentos en que las fontanerías se ponen en funcionamiento para evitar un desastre.

¿Un líder histórico al que te hubiera gustado conocer?

Siempre he sentido una simpatía especial por John F. Kennedy, me parece el líder necesario en un momento de cambio en el mundo. Pese a su brevedad, su legado permanece. Su mandato fue un momento de inflexión en el modo de ver la política.

¿Estás en alguna asociación de comunicación política?

No, no pertenezco a ninguna, aunque sigo los trabajos que se realizan en las mismas porque me aporta argumentos enriquecedores y actuales para mi trabajo.

¿Qué especialidad ofreces a tus clientes?

El coaching como herramienta de trabajo en la propia persona y en los equipos que la rodean. Se trata de herramientas útiles para el propio conocimiento de la persona, de sus emociones y de sus creencias.

Toda persona es capaz de alcanzar los objetivos que se plantee, pero en muchas ocasiones nos ponemos límites sin ser conscientes de ello. Tenemos mentalmente instaladas creencias que sabotean nuestra acción sin saberlo y que condicionan nuestra emotividad y motivación. Ser concientes de ello, gestionarlo y superarlo facilita que los objetivos se vean posibles, reales, y se trabaje con la creencia de que es posible alcanzarlos.

Trabajar con las creencias y emociones de una persona, supone entablar una relación de confianza que permite la apertura y el hablar de lo que no se habla con nadie, ni con los más íntimos, por ello la discreción de con quién trabajas y en qué trabajas es algo que nunca se dice.

¿Cómo pueden contactar contigo?

A través de mi web, www.visioncoach.es es sencillo. Pero directamente a mi correo albertoastorga@visioncoach.es o teléfono móvil (+34) 645881324.


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