Reseña de «36-39 Malos tiempos» (Carlos Giménez)

ALEXANDRA VALLUGERA

36-39 Malos tiempos es una colección de cuatro tomos en que Giménez cuenta la historia de la población de Madrid durante la guerra civil.

La historia en minúscula que es la que escribe la Historia en mayúscula. La historia de las gentes que, sin estar en el frente, luchó diariamente para sobrevivir a la barbarie, a la muerte, al hambre, al miedo.

Hombres, mujeres, niños, niñas, ancianos…. Hasta los animales domésticos fueron víctimas de una guerra salvaje, donde se probaron sistemas de guerra nuevos para aquella época, como los bombardeos indiscriminados sobre población civil que tan comunes son hoy en día.

Los protagonistas de los cuatro volúmenes son Marcelino, su esposa Lucía, sus tres hijas Paula, Sole y Carmen, y el pequeño de la casa, Marcelinito, el hijo menor. A través de los ojos de esta familia, obrera, republicana de sentimiento, pero sin militancia activa, discurren las diferentes historias, a cual más terrible. Marcelino es un hombre tranquilo, aunque resueltamente decidido a resistir, a no ceder al fascismo, ni tan siquiera a permitir que les desmoralicen. Transmite esta resolución a toda la familia, que también busca sus estrategias de supervivencia, como pueden, como el resto de ciudadanos de Madrid, entre las bombas, el miedo y el hambre.

El primer volumen de 36-39 Malos tiempos se centra en los odios que llevaron a delaciones por venganzas personales; a paseillos por la noche de los que nunca volvían las víctimas; en los inicios de la guerra, cuando se va forjando la resistencia de Madrid.

En el segundo volumen el hambre y el miedo son los factores dominantes. Como la población civil padecía una carestía y un miedo que los llevaron a morir, literalmente, de hambre, miedo y por las bombas incendiarias que caían sobre la ciudad.

El tercer volumen relata la miseria, la carestía, las horas de cola para conseguir un poco de comida con las cartillas de racionamiento, la locura de la guerra dentro de la ciudad, la propaganda de los fascistas sublevados, las muertes aleatorias de población por tener el frente dentro de la ciudad, los refugios subterráneos.

El cuarto volumen explica la entrada a Madrid de los fascistas y como todo el dolor, el sufrimiento, el miedo y las privaciones no habían servido para pararlos. Como los vencedores se ensañan con los derrotados, como reaparecen los partidarios de los sublevados buscando venganza contra sus vecinos, que en algunos casos también han sido sus protectores.

En 36-39 Malos tiempos se narra la historia de las personas que, sin luchar en el frente, vivieron la guerra en primera persona. Cuenta las miserias, los pequeños logros, la lucha por la dignidad y la supervivencia. Y el mismo Carlos Giménez, en el epílogo del tercer tomo, explica que toma partido, que no es neutral. Hay un posicionamiento político claro: en favor de las personas y de la República, que fue asaltada por unos militares golpistas.

Cuando se habla de Carlos Giménez habitualmente lo primero que viene a la mente es Paracuellos, su obra más conocida. Paracuellos, que ya tiene ocho volúmenes, el último publicado en 2016. Paracuellos relata la posguerra española vivida por el mismo Giménez en los Hogares del Auxilio Social, en este caso, como se puede suponer por el título del cómic, desde el de Paracuellos del Jarama. Giménez pasó su infancia en una de estas instituciones, separado de sus hermanos. Su padre murió cuando él tenía solamente un año y su madre enfermó de tuberculosis, sin poder hacerse cargo de los niños, que fueron separados: el mayor se quedó con unos familiares y los dos pequeños fueron enviados a diferentes instituciones al ser de diferentes edades.

Esta infancia, en la que faltaba de todo, especialmente el cariño y la formación más allá del espíritu nacional, marcó a Giménez, que a través del dibujo se evadía y conseguía pequeñas ventajas, como librarse de rezar algunos rosarios o de asistir a algunas clases y de muchas horas de instrucción paramilitar.

Aunque Paracuellos es su cómic más conocido y del que todos hablan cuando se nombra a Giménez, el libro no tuvo una gran acogida entre los lectores cuando se publicó. De hecho, aunque en 2016 publicó el octavo volumen, estos ocho libros se han escrito en un período de más de 40 años, entre el primero y el último. Pero entraremos en ello cuando hablemos en concreto de Paracuellos, en una próxima reseña.

Estábamos con Giménez, el autor. Giménez empezó a dibujar, como se explica más arriba, sobretodo para evadirse. Para intentar sobrevivir a un lugar oscuro y sin futuro como era el Hogar Social de Paracuellos. Pero con el tiempo vió posible dedicarse a dibujar y vivir de ello. Empezó a los diecisiete años, ayudando a uno de los grandes del momento, Manuel López Blanco, pintando fondos para sus viñetas. Y aunque parezca mentira, no toda la producción de Giménez es sobre la guerra civil o la posguerra. Al contrario, en sus inicios dibujó, con guión de Víctor Mora, el de El Capitán Trueno, sí, Dani Futuro, un cómic sobretodo dirigido a un público juvenil.

Con el tiempo, se traslada a Barcelona, donde podía dibujar y publicar con más comodidad, teniendo en cuenta las limitaciones del momento y que era más conocido en el extranjero que en España.

Para el público adulto, y a partir de 1976, además de las obras que guioniza él mismo, como Los profesionales o Romances de andar por casa, también dibuja con guiones de otros autores, como Ivá, con viñetas publicadas en El Papus que luego se recogerían en otra obra política, España, una, grande y libre.

Pero no deja de lado el público juvenil, adaptando las obras de Jack London y de Stanislav Lem, además de adaptar también obras de Gustavo Adolfo Bécquer y Edgar Allan Poe, demostrando la versatilidad del autor.

Entre otros premios, en 2005 recibió el reconocimiento a toda su obra con el Gran Premi del Saló del Còmic de Barcelona, y todavía no había publicado 36-39 Malos Tiempos, lo que demuestra que Giménez no es de los que se conforma con lo que tiene; al contrario, sigue siempre trabajando para explicarse a través del cómic.

Alexandra Vallugera es politóloga y consultora de comunicación (@alexvallbal)