Loor a Dios,
La oración y el saludo sean sobre nuestro señor Enviado de Dios, su familia y compañeros.
Querido pueblo,
En el día de hoy, conmemoramos el trigésimo cuarto aniversario de la Gloriosa Marcha Verde, más fieles que nunca al juramento que en relación a la misma hemos prestado, con pleno aferramiento a la unidad territorial del Reino, a sus valores constantes y sagrados, y a su plena soberanía; en el seno de una fuerte simbiosis entre Trono y pueblo, así como de una sólida unanimidad nacional.
Nuestra celebración de esta epopeya histórica, va acompañada de la profunda inspiración que sobre nosotros ejerce su espíritu creador, para hacer frente, con la prudencia, firmeza, decisión y valor, que la situación requiere, a las conspiraciones urdidas contra nuestras constructivas iniciativas, por los enemigos de la marroquidad de nuestro Sahara. Nuestro objetivo no es otro sino alcanzar el progreso, desarrollo y unidad, que deseamos para nuestras Provincias del Sur, sólidamente armados de la cohesión de nuestro frente interno, de la consolidación del proceso democrático y de desarrollo, y de una voluntad nacional soberana.
De ahí el que hayamos decidido aportar un nuevo espíritu a la Marcha Verde, con el propósito de relevar los desafíos actuales y futuros de nuestra causa nacional, lanzando un plan integrado, basado sobre cinco orientaciones:
– Primero: procurar que las provincias saharauís tengan la primacía en la anhelada regionalización avanzada, lo que vendría a consolidar la autogestión de sus asuntos locales.
– Segundo: que el gobierno haga de estas provincias un modelo de la desconcentración y de la buena gobernanza local, dotándolas de los cuadros más cualificados y atribuyéndoles amplias competencias, bajo la supervisión legal y decidida de los walís y gobernadores de Nuestra Majestad.
– Tercero: reestructurar el Real Consejo Consultivo para los Asuntos Saharauís, al finalizar su mandato, a través de la revisión de su composición y del refuerzo de su representatividad, abriéndose a nuevas élites competentes y patrióticas; habilitando y adecuando sus componentes y modos de gestión con los nuevos desafíos, así como aumentando la eficacia de su movilización para defender el Sahara y procurarle el desarrollo.
– Cuarto: revisar el ámbito de acción y la competencia territorial de la Agencia para el Desarrollo de las Provincias del Sur; centrando sus esfuerzos sobre las provincias saharauís, dedicándose a la realización de proyectos de desarrollo humano y de programas locales, que generen puestos de trabajo para los jóvenes y consoliden la justicia social y la equidad; obrar por facilitar las condiciones de retorno de todos los arrepentidos de los campos de Tinduf, acogiéndoles y apoyando su integración.
– Quinto: Las formaciones políticas, sindicales, asociativas y mediáticas, así como las fuerzas productivas y creadoras, deben asumir sus responsabilidades en encuadrar a los ciudadanos y arraigar los valores patrióticos y de la verdadera ciudadanía. Así pues, poner en práctica esta estrategia, no sólo depende de la acción del Estado y de sus instrumentos, sino que también requiere una movilización general de todos los actores nacionales y locales.
En este contexto, de nuevo queremos exaltar a todos Nuestros fieles súbditos en nuestro Sahara: jeques, notables y electos, así como a las organizaciones de la sociedad civil, por la lealtad y fuerte aferramiento a su marroquidad, que siempre han manifestado.
Querido pueblo,
La puesta en marcha de las orientaciones políticas y de desarrollo, de esta nueva etapa, no debe limitarse al frente interno, sino que requiere también la conjugación de los esfuerzos diplomáticos oficiales y paralelos, a fin de defender la marroquidad del Sahara y la Iniciativa de autonomía, cuya seriedad y credibilidad han sido elogiadas por la comunidad internacional.
No obstante, los enemigos de nuestra unidad territorial, se han empeñado en obstaculizar la dinámica negociadora, que Nuestra Iniciativa ha lanzado en las Naciones Unidas. Incluso han persistido en aumentar su escalada de hostilidad, bajo el carácter de un plan de conspiración, de chantaje y de presión, así como mediante actos provocativos, tergiversando el espíritu de la legalidad internacional.
Así pues, al reiterar nuestro aferramiento al proceso negociador de las Naciones Unidas en torno a nuestra iniciativa de autonomía, consideramos que ya ha llegado el momento de hacer frente a esta escalada hostil, con toda la firmeza y el verdadero patriotismo que se requieren, con entera claridad en nuestras posturas y asumiendo cada cual sus responsabilidades.
Queremos reafirmar, aquí, que Nuestro compromiso de que Marruecos permanezca siendo un Estado de derecho y desarrollo democrático, sólo es comparable a Nuestro rechazo del vil aprovechamiento, venga de donde venga, del clima de que goza nuestro país en el ámbito de las libertades y los derechos humanos, para conspirar contra su soberanía nacional, integridad territorial y valores sagrados.
Ya es hora para que todas las autoridades públicas redoblen sus esfuerzos de vigilancia y movilización, a fin de hacer frente, mediante la fuerza de la ley, a cualquier atentado contra la soberanía nacional; siendo intransigentes en la preservación de la seguridad, la estabilidad y el orden público, que es lo que realmente garantiza el ejercicio de las libertades.
Con el sentido de responsabilidad que Nos anima, Hemos de reafirmar que la confusión y el engaño ya no tienen más cabida entre nosotros. Así pues, el ciudadano debe decidir el ser o no ser marroquí. Atrás ha quedado la era de la ambigüedad de posiciones y de la elusión de obligaciones, y ha sonado la hora de la transparencia y de la lealtad, en la que la persona ha de elegir abiertamente entre ser patriota o traidor; pues no existe una posición intermedia entre el patriotismo y la traición, como tampoco se puede seguir disfrutando de los derechos de la ciudadanía, a la vez que se reniega de ella, conspirando con los enemigos de la patria.
En este sentido, los enemigos de nuestra integridad territorial y sus acólitos, saben, mejor que nadie, que el Sahara representa una causa decisiva del pueblo marroquí, de inquebrantable adhesión a su Trono que asume la responsabilidad de salvaguardar la soberanía y la unidad nacional y territorial de su país.
Así pues, al convertir el Sahara en eje de sus estrategias hostiles, no hacen sino demostrar que son ellos la parte realmente concernida en este conflicto artificial, contradiciendo así los sentimientos fraternales que se profesan los pueblos marroquí y argelino.
De igual modo, hipotecan el futuro de la relaciones bilaterales y la reactivación de la Unión Magrebí, en un momento en que Marruecos vela por la integración y la complementariedad, a fin de relevar los decisivos retos securitarios y de desarrollo de la región.
En este sentido, al tiempo que nos congratulamos del apoyo de nuestros amigos, que confían en la justicia de nuestra causa, queremos preguntar, a ciertos entornos de los mismos: ¿Acaso existe algún país que acepte que una banda de infractores utilice la democracia y los derechos humanos para conspirar con los enemigos de su soberanía, unidad e intereses supremos?
Además, ¿Cuándo se ha visto que el ejercicio de las libertades legitima la destrucción de propiedades públicas y privadas, edificadas con el esfuerzo y sacrificio de los ciudadanos y qué culpa tienen éstos en todo aquello?
De ninguna manera. Tanto las leyes nacionales como las convenciones internacionales coinciden en criminalizar la violencia, considerando la connivencia con el enemigo como alta traición.
En este sentido, queremos reafirmar ante todo el mundo que Marruecos, tierra de libertad y apretura, rechaza ser objeto de especulaciones realizadas en nombre de los derechos humanos, especialmente por parte de regímenes y grupos forjados sobre la violación de los mismos, procurando valerse de métodos engañosos y embaucadores hacer de ellos un fondo de comercio y un medio para sacar, tanto en el interior como en el exterior, un lucro fácil de los valores sagrados de la nación y de la situación inhumana que están viviendo nuestros hermanos en Tinduf.
Esta lamentable situación interpela a Argelia y a las organizaciones internacionales, especialmente al Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados, para cumplir con su responsabilidad de procurar la protección efectiva a los mismos, sobre todo a través de la realización de un censo de la población y del respeto de su dignidad, permitiéndoles ejercer su derecho natural de traslado y retorno voluntario a su patria, Marruecos.
Con idéntico aferramiento a la legalidad internacional, queremos reiterar a la ONU que Marruecos está constantemente dispuesto a negociar seriamente, al igual que se halla empeñado en facilitar la misión del Enviado Personal del Secretario General de la ONU, como continuación de los esfuerzos desplegados por su predecesor, con el fin de hallar una solución política consensuada, realista y definitiva, sobre la base de la propuesta de autonomía y en el marco de la soberanía del Reino y de su unidad nacional y territorial.
Querido Pueblo,
Con ocasión de esta histórica efemérides, queremos evocar, con todo respeto y engrandecimiento, la honrada memoria del artífice de la Marcha Verde, Nuestro Llorado Padre, Su Majestad el Rey Hassan II, Dios tenga en Su Santa Misericordia, así como de los virtuosos mártires de la unidad territorial, rindiéndoles el mejor tributo mediante la confirmación de nuestro sólido compromiso de no regatear o renunciar a un solo grano de arena de nuestro Sahara, en la medida en que se trata de una cuestión de existencia, y no de fronteras.
Por otra parte, queremos poner de relieve la vigilancia y la movilización de que dan prueba constantemente el ejército, la gendarmería y los cuerpos de seguridad, así como las fuerzas auxiliares y la administración territorial, en aras de salvaguardar la seguridad nacional y su integridad territorial.
Tenemos la certidumbre de que, tarde o temprano, ganaremos la batalla de este diferendo artificial en torno a nuestra unidad territorial, porque la razón está de nuestra parte, y tenemos a nuestro favor la legitimidad histórica y legal, amén de la convicción que todos los marroquíes tienen de su justa y sagrada causa.
Así pues, siempre me hallarás, querido pueblo, encabezando a los defensores de la soberanía del Reino y de su unidad nacional y territorial, fiel en ello a la pleitesía intercambiada y al compromiso constitucional asumido, y fuertemente convencido de la inexorable victoria. Dijo el Todopoderoso:
“Dios auxiliará a quienes les auxilian. Dios es fuerte y poderoso.â€
(Sagrado Alcorán).
El saludo, la bendición de Dios el altísimo y sus gracias, sean con vosotros.
Enviado por Enrique Ibañes