El pasado viernes 11 de julio, a las 18:30 hrs., tuvo lugar un Beers & Politics México. En esta ocasión contamos como invitado Mario Alberto Rodríguez Aguilar, primer delegado de participación ciudadana en el D.F. Ha sido consultor político por más de 27 años y Coach Ontologíco.
México está integrado por 31 estados y el Distrito Federal, un territorio que está bajo la soberanía del Estado Federal.
El Distrito Federal tiene jurisdicción directa y exclusiva de la Federación y está bajo la administración de este. Esto no impide que el Gobierno Federal delegue atribuciones en un Gobierno Local.
El DF se divide en 16 delegaciones.
Nuestro ponente, Mario Alberto Rodríguez Aguilar, habló de su trabajo en la Delegación Benito Juárez y sobre cómo integraron la Participación Ciudadana. La gente, normalmente, se une por causa; pero al terminar la causa, cada quien vuelve a casa.
El proyecto de Participación Ciudadana se llevó a cabo desde distintos frentes.
En la Delegación Benito Juárez, la mayoría de los vecinos tienen un nivel socio económico medio alto y, en general, el portero de cada edificio se encarga de cosas como la recolección de basura, el reporte de problemas de gas, agua y luz; entonces, era todo un reto que el ciudadano participara, porque los vecinos ni siquiera se conocían.
Las juntas vecinales de cada colonia en la delegación tenían poca participación, pero se invitó a participar para validar las decisiones que se tomaban.
Además, se hizo un periódico para la delegación usando muchos gráficos. Se hicieron correos personalizados para los vecinos y buscaron perfiles de vecinos líderes para acercarlos con la gestión en la delegación.
Uno de los problemas fue la percepción de la seguridad, y como la policía no depende del municipio, se hizo un programa de seguridad pública con participación vecinal, por medio de 85 mil alarmas vecinales. De la misma forma, la policía tenía que pasar a domicilios específicos a firmar su ronda. A los policías más cumplidos se les premiaba.
Para estos reconocimientos, se involucró a las cámaras restauranteras para recibir apoyos económicos y, con esto, se compraron patrullas.
En 4 años se logró la participación de cada colonia, donde la gente se dejó de quejar y empezó a participar. El programa dependía directamente de la participación de la ciudadanía.
Finalmente, se logró que la gente se sintiera orgullosa de dónde vivía y se le dio sentido de pertenencia.