El pasado viernes tuvo lugar un nuevo Beers&Politics, donde contamos con la participación de Ivan Serrano (@aubachs), Doctor en Ciencia Política por la Universitat Pompeu Fabra y que trabaja como investigador post-doctoral en la UOC. Agradecemos a Ivan su charla, y a los participantes por sus intervenciones.
Os dejo un pequeñísimo resumen:
El referéndum escocés
El acuerdo entre los gobiernos de Londres y Edimburgo contempla que la ley de referéndum será aprobada por el parlamento escocés. Formalmente, el parlamento británico delegará la competencia ‘reservada’ sobre los asuntos de la Unión.
Se trata pues de un tipo de ‘cesión’ de la competencia para poder celebrar un referéndum sobre esta cuestión. La ley escocesa podrá determinar los aspectos formales del referéndum como la edad de participación (posiblemente a partir de los 16 años) y la pregunta, que será sometida a la evaluación de la Comisión Electoral para determinar que sea clara y lo más neutral posible.
Se puede decir que ha sido un acuerdo de compromiso con cesión por parte de las dos partes: la fecha del otoño del 2014 que pretendía el gobierno escocés, una sola pregunta que era la opción preferida del gobierno británico, etc.
Una de las cuestiones sobre una Escocia independiente es su estatus en relación a la UE. En gran medida esto es una cuestión política más que no estrictamente jurídica, y uno de los aspectos claves es si la celebración de un referéndum y el posible voto favorable a la independencia se realiza a través de un proceso negociado con el Estado, cómo será el caso escocés.
El éxito del SNP: más allá de la identidad
El éxito electoral del SNP hay que buscarlo en la combinación de tres ideas clave sobre las cuales ha fundamentado su actividad al frente del gobierno; democracia entendida como el derecho de los escoceses a decidir sobre su futuro político, bienestar con el énfasis en la defensa del modelo social, y buen gobierno con una gestión profesional y transparente de los asuntos públicos y de los planteamientos políticos.
La estrategia del nacionalismo escocés nos remite a un modelo de partido y de acción política ‘integrativa’, en el sentido que intenta promover su programa político, convencer y hacer que los ciudadanos vayan acercándose y apoyando sus posicionamientos, en vez de apostar por un modelo ‘representativo’ donde es el partido quien intenta acercarse a los posicionamientos medios del electorado.
La importancia de esta estrategia general del partido recae sobre todo en el hecho que, según las encuestas, el apoyo a la independencia no es mayoritario entre los escoceses, especialmente cuando se incorpora alguna opción intermedia entre el modelo actual y el estado independiente. La coherencia del partido en este sentido da lugar, sin embargo, a una valoración positiva por parte de los electores apoyando la idea que Escocia tiene derecho a decidir su futuro político, y que eventualmente puede hacer optar por la independencia a una mayoría de escoceses.
Así, la acción de gobierno no ha girado sólo alrededor de este eje, sino que el SNP ha optado en buena parte para presentarse como un buen gestor público haciendo hincapié en políticas de bienestar que pueden hacer llegar su mensaje más allá de la apelación a la identidad nacional como fundamento del apoyo a la independencia.
La campaña independentista de Alex Salmond ha seguido de cabo a rabo esta aproximación, argumentando en términos más económicos y de bienestar que no identitarios. Este contexto es importante para entender los tempos con que el gobierno escocés ha planteado la celebración del referéndum para que la campaña pueda hacer incrementar el apoyo a la independencia. Entre algunos argumentos, hay también las quejas escocesas por su déficit fiscal, que es del 0,6%.