Tras el resultado de las elecciones del 20D, en el Beers&Politics edición Sevilla del pasado jueves 28 de enero, hablamos con el consultor político, Antonio Hernández, para comentar el apasionante (y enrevesado) tablero político resultante del 20D. Preparando la charla, el ponente adelantaba que había encontrado una forma muy interesante de interpretar el 20D y era introducir una dimensión urbana: el resultado varía sustancialmente según estemos en un municipio pequeño, grande o mediano.
En el bar Sala El Cachorro (C/ Procurador 19), Mar Vázquez Lorca y Diana Rubio presentaron la iniciativa y encuentros Beers&Politics y dieron la palabra al ponente, Antonio Hernández, quien argumentó las diferencias en la distribución de los votos son muy evidentes. El PP mantiene una línea bastante estable; esto indica que su apoyo es similar en todos los perfiles poblacionales. Los partidos emergentes, Podemos y C’s, tienen una implantación sensiblemente mayor en las ciudades de mayor tamaño. Y el PSOE está en el caso opuesto: cosecha buenos resultados en los municipios de menor tamaño y cede terreno conforme nos movemos a ciudades mayores.
Sobre la tendencia de 2011-2015, Vista la poco homogénea distribución del voto al PSOE, podemos preguntarnos si este comportamiento es un fenómeno tradicional o si se ha intensificado en los últimos años.
Ambos partidos se sostienen mejor en los municipios pequeños, donde C’s y Podemos tienen menor implantación. Sin embargo, mientras la caída del PP es relativamente homogénea, el retroceso del PSOE se acentúa en las ciudades más grandes, lo que indica que la brecha del PSOE entre los municipios grandes y pequeños ha aumentado en estos últimos cuatro años.
Conforme nos acercamos a la derecha, los tramos aglutinan cada vez menos ciudades de mayor tamaño, lo que da lugar a fenómenos influidos por algunas ciudades en concreto. Por ejemplo, el tercer grupo por la derecha, donde el PSOE aguanta mejor y el PP peor que en el resto de ciudades grandes, corresponde a 5 ciudades con entre 330.000 y 650.000 habitantes; en cuatro de ellas (Las Palmas de Gran Canaria, Palma de Mallorca, Murcia y Málaga) el PP ha obtenido tradicionalmente un resultado excelente y el PSOE uno relativamente discreto. Así, estar más o menos en la media del país, como ha ocurrido, representa una caída importante para el PP y una caída menor para el PSOE.
Como conclusión, Antonio Hernández pronostica lo siguiente: la irrupción de Podemos y C’s en el panorama político español ha afectado a los partidos tradicionales de un modo evidente. Ahora bien, los partidos emergentes obtienen sus mejores resultados en la España urbana, teniendo en su consolidación en los municipios de menor tamaño un importante reto de futuro.
Por contra, el resultado del PSOE sí muestra una tendencia negativa conforme aumenta el tamaño de la población, tanto en resultado absoluto como si consideramos la evolución 2011-2015. El síntoma más evidente de esta ruralización del voto del PSOE es que la España más urbana ha preferido Podemos al PSOE como opción de izquierda.
A pesar de su retroceso, el PP mantiene un apoyo bastante homogéneo en el conjunto del país, por lo que la irrupción de los nuevos partidos en las ciudades no parece haberle afectado tan profundamente como al PSOE.
Por su parte, el buen resultado de Podemos en las ciudades no puede explicarse sin tener en cuenta las múltiples almas del partido, dado que una proporción muy importante de sus votos procede de sus distintas confluencias.