Pongamos que hablo de Díaz Ayuso

CARLOS MAGARIÑO

Las próximas elecciones a la Asamblea de Madrid están a la vuelta de la esquina: partidos, asesores y candidatos comienzan a calentar para salir al campo con las mayores posibilidades de ganar. Las encuestas proporcionan una victoria holgada al PP de Isabel Díaz Ayuso, que quedaría por delante del PSOE de Ángel Gabilondo. Aún la esperada victoria de Ayuso, esta no tiene asegurada las llaves de la Real Casa de Correos, para la cual necesitará la inestimable ayuda de Vox y el ineludible apoyo mínimo, pero fundamental de Ciudadanos, los mismos con los que rompió hace semanas. Una vez explicada esta situación, nos podríamos preguntar de qué manera Díaz Ayuso se ha ganado el calor – y los votos – de los madrileños, y lo más importante, qué herramientas y estrategias está utilizando junto a su equipo de campaña para ascender de manera constante en las encuestas de las elecciones del próximo 4 de mayo. Su lema de campaña “Comunismo o Libertad” puede ser una pista.

Comunismo, libertad o cómo Díaz Ayuso saldrá victoriosa

El ascenso fulgurante de Díaz Ayuso hasta la presidencia de la Comunidad de Madrid es digno de ser estudiado, pero aún más son las técnicas que tanto ella como Miguel Ángel Rodríguez -jefe de gabinete- emplean y emplearán en la campaña: aquí los ejes fundamentales.

Las altas dosis de storytelling son un aspecto patente en los días previos al inicio de la campaña electoral. Desde el Partido Popular de Madrid se está creando un relato en el cual Madrid – y en especial su presidenta- lucha contra el terrible Gobierno de España, que no hace más que poner palos en las ruedas para que el madrileño de a pie no pueda defenderse de los estragos de la pandemia. Se está creando la concepción de dos bandos claramente enfrentados: buenos contra malos, Ayuso contra Sánchez, Gobierno de la Comunidad de Madrid contra el Gobierno de España. Se quiere implantar en el electorado la idea de que Ayuso y su Gobierno son los únicos que se enfrentan a la Moncloa, que ha intentado de manera recurrente coartar libertades fundamentales y limitar la libertad de los madrileños. Se crea el icono de Ayuso como el adalid de la libertad, la líder que soporta con estoicismo los reiterados ataques y resguarda a los madrileños de los embates del ejecutivo central. Presentarse como el único dique de la democracia y la libertad siempre resulta grato, formar parte de “los buenos” siempre apetece: ellos siempre ganan, sea como sea. Una de las últimas declaraciones de Díaz Ayuso demuestra con claridad su visión: “Sánchez castiga (…), Sánchez discrimina (…), Sánchez perjudica (…) a Madrid” (…) la aldea gala de resistencia y pasión por la libertad y la vida”. Se crea la sensación de formar parte de los buenos, esos que son castigados de manera recurrente por los malos pero que, después de muchos golpes, se revuelven y acaban con ellos.

El segundo elemento fundamental de la campaña comunicativa de Isabel Díaz Ayuso es el impacto de su lema: “Comunismo o Libertad”. Es un eslogan contundente y que va al ataque, que no hace más que contraponer -de nuevo- a los buenos contra los malos, los que quieren a Madrid contra los que desean acabar con ella. Se intenta así arrinconar al adversario político directo, asociar su marca a lo dañino, a lo perjudicial para la Comunidad. ¿Quién votaría a una formación política cuya máxima será acabar con todo lo que significa la Comunidad de Madrid? Se trata fundamentalmente de simplificar el mensaje, de reducir el debate a lo más básico, a lo más puro del ser humano: las emociones y los valores.

Otro aspecto que debe ser resaltado es la exposición constante y recurrente en los medios de Isabel Díaz Ayuso. Incluso antes de comenzar la campaña, la líder de los Populares madrileños se prodiga día sí día también por televisiones y radios diversas, proporcionando a los medios titulares, grandes proclamas, highlights. Lo que intenta Ayuso es reforzar el discurso, el ideario elegido para la campaña. Se intenta percutir en la ciudadanía proporcionando cada día nuevos inputs, en aras de que el electorado no disperse su atención ni un segundo, que siempre tenga en mente lo importante: Díaz Ayuso supone libertad y es la única que podrá acabar con la terrible izquierda. El show político en su mayor esplendor, grandes jugadas por doquier, siempre en el foco, siempre en el debate.

Todos los ingredientes de la “receta Ayuso” se basan en un pilar fundamental: la disonancia cognitiva. La disonancia cognitiva es el proceso mental a partir del cual el individuo en cuestión se encuentra en una situación de desarmonía, al no coincidir la realidad con sus propios procesos mentales / ideas preconcebidas. En esta disyuntiva se suele utilizar el pensamiento heurístico, mediante el cual decidimos utilizar “atajos” que confirman nuestros marcos mentales prestablecidos. El caso de la Comunidad Madrid es paradigmático: entendemos que pase lo que pase, el comunismo no se implantará a partir del 4 de mayo (realidad), pero el marco mental de parte del electorado madrileño decide aceptar el “atajo” que proporciona Ayuso: el PSOE pactará con Unidas Podemos y Más Madrid, los cuales incitarán la ocupación de domicilios, incrementarán las tasas impositivas y promocionarán las manifestaciones violentas (proceso heurístico). El equipo de Díaz Ayuso ha creado a su gusto los marcos mentales que guiarán el voto de los madrileños, y las demás formaciones han decidido seguir a pie juntillas esta dinámica.

Lakoff, marcos mentales y elefantes

El Partido Popular de Díaz Ayuso está realizando un trabajo ciertamente sobresaliente en el proceso de enmarcar y dirigir el rumbo del debate de la campaña; ese marco se sustentará en una base fundamental: el eje ideológico. Esto no va de medidas para potenciar la economía de la Comunidad, ni cómo mejorar la sanidad, la educación o la red de transportes. Ayuso ha decidido que la campaña versará por la guerra ideológica. Esto no va de propuestas, va de moral y valores, va de tu comunidad y en lo que quieres que se convierta. Así, el trabajo de imposición y activación de marcos está siendo uno de los elementos más representativos de la precampaña de Ayuso, marcos en los cuales están cayendo todos y cada uno de los partidos contrincantes. De manera especial el PSOE, pero también Unidas Podemos han concedido el poder de creación de marcos al PP, siendo este un error altamente preocupante. Cuando la formación que va en cabeza es la encargada de instaurar las temáticas que se tratarán en la campaña, los demás partidos se tornan indefensos e incapaces de revertir la situación, así que deciden aceptar la retórica e intentar defenderse con los marcos que domina de antemano la formación contraria.

Esta activación de marcos se está realizando a través de imágenes, de valores, de ideas. ¿Acaso alguien desearía que Madrid se convierta en la Venezuela de Maduro? ¿Alguien querría que se convirtiera en lugar fértil para manifestantes violentos? Esa llamada a los valores fundamentales es a lo que apela la campaña de Ayuso, que llama y atrae a cada vez más madrileños.

En la conocida obra de George Lakoff – No pienses en un elefante-, ya se expresaba que los hechos verídicos y reales no solían ser útiles en las campañas de activación de voto, ya que, si los hechos tratados no se amoldaban a los marcos mentales de los votantes objetivo, devenían inútiles, ineficaces. La realidad no es importante si no se ajusta a nuestra «realidad». La verdad no lo es si no es aceptada por nuestras ideas, nuestros valores, nuestros marcos mentales.

Siguiendo con Lakoff, debemos entender que los individuos votan según su identidad: votan a quién son y especialmente a lo que desean ser. Todo ello tiene mucha relación con las emociones, atributo diferencial de los humanos. Esa emoción que no se guía por datos objetivos, sino por la posverdad, esa verdad donde los datos y estadísticas dejan de tener importancia, y nuestros sentimientos y emociones son el gurú que guía nuestras decisiones y concepciones. Esa emoción actúa cuando Ayuso exclama “Comunismo o Libertad”, esa libertad en la que se basa la democracia y nadie quiere perder, esa fuerza que expresa Díaz Ayuso, esa líder fuerte, que combate contra viento y marea, por y para los madrileños.

En la situación de Madrid encontramos el contexto que expuso Lakoff en el 2004: la derecha impone el marco mental de la campaña (ideología, valores, confrontación), la izquierda intenta defenderse mediante la utilización del mismo marco, lo que provoca el refuerzo del marco mental existente: “si mantienes su lenguaje y su marco, y te limitas a argumentar en contra, pierdes tú, ya que lo refuerzas”. El PSOE intenta utilizar la supuesta racionalidad del electorado para ganar votos, esa racionalidad cuasi inútil, ya que no se amolda al marco mental establecido para la campaña.

Destino incierto, resultado probable

Aún ser el futuro un elemento del todo incierto, todo apunta a una victoria contundente de Isabel Díaz Ayuso y el Partido Popular. Una Díaz Ayuso que se reforzará como líder regional ante la mirada atónita de Pablo Casado, que observa como surge un nuevo adversario ante su delicado liderazgo. Aunque todo es posible para el bloque de la izquierda, mucho deberá cambiar la dinámica estratégica actual para que se revierta la tendencia vigente. No guiar el discurso a partir del marco implantado por los Populares será uno de los elementos fundamentales para esquivar la pujanza de Díaz Ayuso, que actualmente se encuentra tranquila y confiada ante los fallos ajenos. El próximo 4 de mayo se disiparán todo tipo de dudas, hasta ese momento, seguiremos analizando el tablero político madrileño.

 

Carlos Magariño es estudiante de Ciencias Políticas en la Universidad Pompeu Fabra. Miembro del espacio La Cúpula (@cmagfer)