De la política al cartón

El pasado miércoles 4 de diciembre se llevo a cabo el primer encuentro Beers&Politics GDL, en CAFE ESCORZA83, donde contamos con la presencia del reconocido monista Manuel Falcón.

Para Falcón la caricatura es uno de los mejores instrumentos para hacer comprender y aceptar la realidad social, política y económica en un país donde la mayoría lee poco pero sí sufre y enfrenta ese tipo de fenómenos. Es la forma amena y sensible de socializar la vida política del país.

En la caricatura política vemos como converge la crítica, el humor, la ironía, de una forma de representación exagerada de los hechos y personas para describir en muchos casos los excesos o carencias de la relación del poder político con el ciudadano. Cualquier sociedad desearía tener políticos que cubran todas las necesidades, pero sabemos que no siempre es así.

En un país donde los ciudadanos continúan inmersos en el analfabetismo e ignorancia política, la caricatura funge como un papel social, sino fuera por estos dibujos, muchos desconocerían a su presidente o diputado.. .

Falcón comento que uno de los grandes desafíos es la libertad de expresión , ya que se trata de coartar mediante presiones económicas en contra de los medios, En muchas veces piden  callar, Y aquí es decisión de cada uno, salirse del medio o uno mismo autocensurarse. La censura siempre existe de una u otra forma en este medio. y en la caricatura política no es la excepción.

La Iglesia, ejército y policías son las instituciones que más limitan la libertad de expresión, hay situaciones o personajes que no se tocan , al menos yo, pero es por una simple razón; no son personajes públicos.

Si bien un cartón político no persigue aplausos, tampoco los genera para el protagonista de la caricatura, porque no se trata de un retrato y por lo tanto, se centra en la crítica, pero  nunca relativa a la vida personal de los personajes públicos: “yo no incluyo nada y no porque me falte información“, nada que tenga que ver con la vida privada de los funcionarios, pero de su vida pública sí, porque es lo que patrocinamos los ciudadanos”.

La caricatura si bien es un reflejo sobrecaricaturizado de su persona y su trabajo, también es un trampolín, un escenario para ser vistos, tal vez no les guste el ejercicio, pero se sabe el papel que juega.

Un claro ejemplo es la caricatura  del Gobernador de Jalisco, Emilio González Márquez, vestido con  un saco que le queda grande y que busca expresar la inmadurez política que existe en el País y en el Continente , y una bermuda  que representaba a un gober infantil, y todos los aquí presentes sabemos las razones.

Todo es utilizable, pero es la carga emotiva lo que lleva a la caricaturización de los personajes.

Una caricatura puede servir al funcionario como una “antena”, para saber cómo lo están viendo los demás. los ingeniosos cartones impactan tanto por sus dibujos como por sus textos y llegan tanto al obrero como al intelectual, a la ama de casa o al estudiante, además de hacer reír hasta a los políticos, siempre y cuando no sea ellos mismos los ludidos, porque qué gozo y hasta una perversa alegría les causa ver a un colega caricaturizado, máxime si es un contrario o adversario.

La caricaturista a lo largo de la historia más que un verdugo ha sido un espejo de la realidad y un cronista.

 Muchísimas gracias a Falcon y a los asistentes por el agradable encuentro. Nos vemos en el próximo Beers&Politics, .