Aceptación de la propuesta de investidura

PEDRO SÁNCHEZ

Buenas noches a todos y a todas. Comparezco ante todos vosotros después de que el rey Felipe VI me haya propuesto intentar formar gobierno y después de que el presidente del Congreso me lo haya anunciado personalmente y luego públicamente en la rueda de prensa que ustedes han tenido a bien cubrir.

En primer lugar me gustaría reconocer y agradecer de corazón al jefe del Estado su exquisita labor durante la doble ronda de consultas que ha realizado durante estas semanas. Incluso agradecerle de modo particular la confianza depositada en mí y por extensión en el Grupo Parlamentario Socialista. Así que les anuncio solemnemente que el Grupo Parlamentario Socialista y yo mismo vamos a asumir esa responsabilidad y vamos a intentar formar gobierno.

He dicho responsabilidad, he dicho deber, y me ratifico en ello. Porque la democracia española tiene que resolver la elección del presidente del Gobierno por un Congreso mucho más plural y complejo. Así que todas las fuerzas del cambio estamos llamados a entendernos para que ese cambio se haga realidad. He criticado públicamente, y lo quiero hacer de nuevo hoy, la espantada del señor Rajoy. El PP, que es la primera fuerza política después de las pasadas elecciones generales del 20 de diciembre, ha renunciado a la tarea por la que siete millones de españoles y españolas les confiaron su voto, y es la de formar gobierno. El señor Rajoy, en su rueda de prensa, ha tratado una vez más de justificar su escapismo en que no tiene suficiente apoyo que le permita gobernar y también ganar la investidura.

Pero es evidente que desde la misma noche del 20 de diciembre, en que reclamó, por cierto, su derecho a gobernar, el señor Rajoy no ha hecho ningún esfuerzo para ganar los apoyos necesarios. Así que la nula capacidad del acuerdo que tiene el Grupo Popular, la aversión por el diálogo de su máximo dirigente, ha sumido a España en una situación de bloqueo institucional durante más de un mes, y el PSOE está dispuesto a sacar a España de esa situación de bloqueo en el que la ha sumido el señor Rajoy.

El PP es una fuerza política importante, que representa a millones de españoles y españolas, y quiero decirles que merecen todo mi respeto, y siempre van a tener la mano tendida del PSOE para los asuntos de Estado, ya sean los asuntos vinculados con el terrorismo, ya sean los asuntos vinculados con el desafío soberanista en Cataluña. Pero creo que el PP es víctima del inmovilismo y del tacticismo de sus dirigentes, unos dirigentes que están acorralados por los continuos casos de corrupción que afectan a su organización. Soy de los que cree que la necesaria regeneración que piden los españoles a la clase política, a los partidos políticos, necesariamente pasa por la regeneración del PP, y esa regeneración solo va a venir de la mano de un PP en la oposición.

Así que, como les hemos anunciado, les he anunciado, el PSOE asume su responsabilidad con España y los españoles, en primer lugar para que los ciudadanos de nuestro país tengan un gobierno después de más de cuarenta días de las elecciones generales. Y segundo, para gobernar con el diálogo y con las políticas en beneficio de la mayoría.

Me gustaría trasladar, en primer lugar, un mensaje de confianza a los españoles y a las españolas. Confianza, por España sabe y puede gobernarse desde el diálogo y la moderación, impulsando políticas progresistas y reformistas.

Los resultados de las pasadas elecciones generales abren un nuevo tiempo político en España, esto es indudable. Con un Parlamento con más de dos fuerzas políticas con peso específico. Es un nuevo periodo en la política española, con nuevas dinámicas, con nuevos problemas, que requerirán también nuevas soluciones.

Yo pertenezco a una nueva generación de políticos que debemos entendernos y propiciar alianzas, no ya entre nosotros y entre los distintos actores políticos, sino también entre todas las generaciones de españoles y españolas. Todos los ciudadanos deben tener cabida en el proyecto de cambio, independientemente de la edad, la condición, la ideología y del partido al que hayan votado. Lo contrario no sería no solamente injusto, sino que estaría condenado al fracaso. El cambio debe ser para la mayoría de nuestros conciudadanos o no será.

Así que quisiera dejar claro que la formación de gobierno para mí y para el PSOE no es un fin en sí mismo. Nuestro objetivo son las políticas que pueda poner en marcha ese gobierno. No se trata de sillones, se trata de soluciones. Porque el cambio no consiste en quitar a unas personas para poner a otras. El cambio consiste en poner encima de la mesa políticas distintas, prácticas políticas distintas a las que hemos tenido durante estos últimos cuatro años.

Antes de las alianzas, vienen los proyectos; antes de los nombres, vienen los programas; antes del con quién viene el para qué, y yo les anuncio que a partir de mañana mismo me pondré en contacto con todas las fuerzas políticas, para impulsar ese proyecto de cambio progresista y reformista que he defendido durante estos últimos cuarenta días.

Mi propósito, en consecuencia, es resolver los problemas de los españoles y las españolas. Porque tras cuatro años de gobierno del PP, España se encuentra ante cuatro grandes desafíos a los que tenemos que dar respuesta inmediatamente. El desafío de la falta de oportunidades laborales. El desafío de la desigualdad. El desafío también de la crisis de convivencia que sufre Cataluña y el desafío de la crisis de confianza que sufren también muchísimos ciudadanos para con sus instituciones y en particular en la lucha contra la corrupción.

Cuatro desafíos que exigen de soluciones y para los que vamos a tender la mano tanto a izquierda como a derecha. En primer lugar, vamos a buscar alianzas para crear más oportunidades laborales, para crear más empleo. Porque los datos que hemos conocido hoy de la Seguridad Social, con 200.000 afiliados menos, lo que nos dicen es que la política económica, la política laboral marcada durante los últimos cuatro años por el PP no son suficientes, que podemos hacer mucho más de lo que se está haciendo hasta el momento. De ahí que en el programa que vamos a presentar al resto de formaciones políticas, la primera y principal prioridad que vamos a poner encima de la mesa es la de crear empleo, más empleo y mejor empleo. Por eso propondremos la creación de un nuevo estatuto de los trabajadores, recuperar el diálogo social quebrado durante estos últimos cuatro años, un impulso específico a los planes de empleo juvenil, el apoyo a las empresas, a los autónomos y a la economía social.

Para crear empleo debemos también consolidar la recuperación económica en nuestro país y que ésta llegue a la mayoría de españoles y españolas, es decir, a la clase media y trabajadora. De ahí que, garantizar la estabilidad de nuestras cuentas públicas, controlar el déficit público y también la deuda pública –que ha sido desbocada durante estos últimos cuatro años-, van a formar parte de la hoja de ruta y de la negociación que tengamos con el resto de formaciones políticas.

Así que, para ello, plantearemos también al resto de formaciones políticas una reforma de nuestro sistema fiscal que defienda a la clase media y trabajadora, que no le suba más los impuestos, que ponga fin a las amnistías fiscales y que luche contra el gran fraude fiscal en nuestro país.

Y también para ello, vamos a hacer una propuesta de revisar todo aquel gasto superfluo, para que no se recorte en políticas sociales y sí recortemos en el gasto superfluo que exista en nuestro país.

Propondremos también una transición energética. Propondremos reindustrializar nuestro país, propondremos vincular muchas de las empresas que se creen y también del empleo que se cree a la lucha contra el cambio climático y la economía verde.

Y, finalmente, propondremos un gran pacto educativo, por la ciencia y por la cultura en nuestro país, que convierta las becas en un derecho, que baje el IVA cultural, que defienda la propiedad intelectual y que aporte nuevos planes de retorno de muchos jóvenes científicos que ahora mismo han tenido que emigrar como consecuencia de los recortes perpetrados durante estos últimos cuatro años.

El segundo desafío es el de la desigualdad. España es el segundo país de la UE en desigualdad, solamente superado por Letonia. En España hay pobreza; pobreza de aquellos que no tienen trabajo y pobreza de muchos trabajadores que no llegan a fin de mes. En España la desigualdad y la pobreza quien la sufre sobre todo son las generaciones más jóvenes, nuestros niños y nuestras niñas, los jóvenes de nuestro país. Así que, frente a ello, lo que vamos a plantear al resto de formaciones políticas es una alianza para la esperanza, que cree un Ingreso Mínimo Vital que acabe con la pobreza infantil en cuatro años y que reconstruya el Estado del Bienestar.

Vamos a proponer reactivar la ley de Dependencia, vamos a proponer recuperar la universalidad de la sanidad pública. Vamos a proponer reconstruir el Pacto de Toledo para garantizar la financiación pública de las pensiones de hoy y también de las pensiones del mañana; unas pensiones dignas y libres también de copagos.

Y vamos también a plantear extirpar el terrorismo machista de nuestro país. Vamos a plantear un gran pacto social, político e institucional contra la violencia de género.

El tercer gran desafío es la pérdida de la confianza ciudadana en las instituciones. Vamos a proponer al resto de formaciones políticas un gran acuerdo para la regeneración democrática y la lucha contra la corrupción. Porque las inst¡tuciones son de los ciudadanos. Vamos a buscar crear normas para que nunca más ningún partido político use en beneficio propio esas instituciones públicas. Vamos a proponer tolerancia cero contra la corrupción y el final también del aforamiento de diputados y senadores, y la mejora de la calidad de nuestras instituciones con personas de prestigio, independientes, cuando de los organismos constitucionales y reguladores hablamos.

Queremos también vincular la financiación de los partidos políticos al grado de democracia interna que tengan, por eso vamos a proponer también en ese gran pacto por la regeneración democrática y la lucha contra la corrupción, que se incluyan las primarias, la limitación de mandatos y la paridad entre hombres y mujeres en las listas y en los cargos orgánicos de esas formaciones políticas.

El cuarto desafío es Cataluña. La convivencia que ahora mismo está puesta en cuestión por el secesionismo y el independentismo. Lo primero, que nadie tenga ninguna duda, el PSOE defenderá siempre la integridad de España y el respeto a la Constitución y a la ley. Creo que lo hemos demostrado durante estos últimos cuatro años y también yo como secretario general durante estos últimos 18 meses.

Pero al igual que decimos con firmeza que tenemos que defender la Constitución española y el respeto a la ley, siempre hemos dicho que con la ley no basta, que hace falta política. Así que hay que poner encima de la mesa soluciones basadas en el diálogo, y eso es lo que va a hacer el Partido Socialista.

Nuestra propuesta es clara, tenemos que reformar la Constitución y tenemos que avanzar hacia el estado federal, que garantice la unidad de una España diversa, como proponemos los socialistas. Porque nuestro país necesita reformas como la reforma Constitucional para abrir un nuevo periodo de progreso, de paz social y de estabilidad política y territorial.

La Constitución del 78 ha dado lugar, a nuestro juicio, a los mejores años de la historia política, social y económica de España, y la mejor manera de defender la Constitución es actualizarla, es reformarla con el mayor consenso posible, en el que todos sin exclusión seamos convocados a construir ese nuevo entendimiento entre españoles.

Queremos encontrar pues apoyos para reforzar nuestra convivencia como españoles y también como europeos. También en esas negociaciones que vamos a abrir con las distintas formaciones políticas vamos a garantizar todos nuestros compromisos con Europa y recuperar el papel constructivo que tuvo España con gobiernos socialistas en el proceso de integración social europea, avanzando hacia esa Unión social, política y económica y a una mejor gobernanza democrática de la zona euro.

En resumen, los procesos de negociación que se van a abrir van a tratar de intentar llegar a acuerdos para resolver los principales desafíos que tiene España, que tienen que ver con la falta de oportunidades laborales, es decir, con el empleo, la crisis de desigualdad, la crisis de confianza en las instituciones, vinculado en muchas ocasiones a los casos de corrupción que estamos viendo durante estas últimas semanas y también la convivencia entre españoles.

Y miren, para enfrentar con garantías estos cuatro desafíos, es necesario el acuerdo de todas las fuerzas políticas del cambio, sin nuevos frentes, así que yo voy a proponer a todas las fuerzas políticas que abandonen los vetos y hablemos de lo que nos une, del cambio y del progreso. Porque el cambio por el que han votado millones de españoles el pasado 20 de diciembre no es patrimonio de un solo líder ni de un solo partido político, es el deseo y la esperanza de millones de españoles y españolas.

Así que a partir de mañana vamos a iniciar un camino sereno, cargado de responsabilidad, de principios y de generosidad. Pensemos, y es lo que le voy a decir al resto de formaciones políticas, pensemos en el bien común de los españoles y no en el bien de cada uno de los partidos políticos.

El cambio, el progreso, las reformas deben ser la base de ese entendimiento. Deben ser nuestros puntos de unión. España se encuentra en una encrucijada, es evidente, pero tengamos confianza porque no es la primera vez que nos encontramos en una encrucijada, en otras ocasiones los españoles hemos resuelto situaciones complejas amparándonos siempre en lo que nos une, que es mucho más de lo que nos separa.

Así que no nos esperen aquellos que buscan una política de frentes. El frentismo es un error, el frentismo solo confronta y divide, separa. El frentismo, también, que nunca he practicado contra el Partido Popular, porque escucho a Mariano Rajoy y al Partido Popular criticarme de no dialogar, al contrario, he dialogado mucho con el Sr. Rajoy en estos últimos 18 meses con escaso éxito.

No hay que confundir la alternativa legítima, democrática que representa el Partido Socialista respecto al Partido Popular con la exigencia de entenderse en los asuntos de Estado, ya sean los asuntos constitucionales o también los asuntos antiterroristas. Y yo, como secretario general, siempre los he practicado, incluso en plena campaña electoral en el mes de noviembre.

Así que el concurso del Partido Popular no es sólo conveniente, sino también necesario para afrontar alguna de las reformas que necesita nuestro país.

Insisto, somos la alternativa al Partido Popular y en consecuencia estamos legitimados para poder construir una alternativa sin el Partido Popular, siempre teniendo en cuenta que en aquellas cuestiones de Estado esperamos que si el Partido Popular pasa a la oposición tenga la misma lealtad que hemos tenido nosotros cuando hemos sido oposición.

Así que el Partido Socialista asume hoy su responsabilidad y espera que el resto de partidos políticos esté a la altura del momento político que vivimos. Hoy, el cambio está más cerca, un cambio que apueste por la unidad y por el progreso, un cambio que se construya con diálogo, con acuerdos y con soluciones. Hoy la esperanza de una España mejor está muy viva y yo voy a trabajar sin descanso para que esa esperanza se construya y se convierta en una realidad.

Soy muy consciente del desafío que afronto, muy consciente del inmenso honor que representa el recibir este encargo. Sé de las dificultades que entraña; no hay más que escuchar algunas de las declaraciones que hemos visto durante estas últimas horas y semanas.

Pero mirad, a lo largo de mi vida y de mi trayectoria política nunca he olvidado lo que dejó escrito Cervantes, “que a cualquier mal buen ánimo repara».