Discurso de Toma de Posesión del Alcalde de Zaragoza

Excelentísimo señor Presidente, querido José Luis, excelentísimas e ilustrísimasautoridades, compañeras y compañeros de la Corporación, señoras y señores, amigas yamigos. La voluntad de los ciudadanos, libre y democrática expresada en las urnas elpasado veinticinco de mayo, ha decidido un cambio de mayorías en la composición deesta Corporación, cuyo primer resultado, el más inmediato, pero no el único es mielección como nuevo alcalde de Zaragoza y presidente de esta Corporación. En estemomento de solemnidad institucional y de gran emoción personal quiero mostrar migratitud hacia todos los zaragozanos, hacia quienes me votaron y hacia quienes con todalegitimidad prefirieron otras opciones políticas. De forma especial deseo dejarconstancia de mi satisfacción por la alta participación democrática, que superó en másde siete puntos la registrada en las anteriores elecciones municipales. A todos mireconocimiento y mi lealtad. Desde este momento soy el alcalde de todos, sobre todo alservicio de todos trabajaré. Tengo que dar las gracias también a todos los gruposmunicipales, especialmente al PAR, y a su portavoz Manu Blasco, que ha tenido lagenerosidad política de otorgarme, sin nada a cambio, su confianza votándome comoalcalde. Seguro que no la defraudaré y que estudiaremos en el futuro formas decolaboración.

También deseo manifestar en este acto la máxima consideración hacia losmiembros de la Corporación saliente y en particular hacia quien hasta hace unosminutos me ha precedido en el desempeño de la Alcaldía, don José Atarés, que sin dudaha ejercido el cargo con la máxima dedicación y esfuerzo para conseguir los mejoresresultados para la ciudad. Por supuesto a doña Luisa Fernanda Rudí elegida en elnoventa y nueve alcaldesa de Zaragoza y hoy presidenta del Congreso de los Diputadosy de las Cortes Generales. Señor Atarés, alcalde Atarés, estoy seguro de que desde laoposición podrá contar la ciudad de Zaragoza con su experiencia y con su capacidad detrabajo. Yo no creo gran cosa en las matemáticas, soy de letras y entiendo que a laoposición corresponde controlar democráticamente al gobierno, pero también contribuiractivamente a que el gobierno haga las cosas mejor. Cuento por ello con usted y con losmiles de ciudadanos que usted representa y le aseguro que tendrá las puertas de laAlcaldía permanentemente abiertas para plasmar, no sólo con palabras, sino con hechos,esos planteamientos. También tengo que dar la gratitud al grupo municipal de la CHA.Intentamos llegar a un acuerdo de estabilidad. No ha sido posible en esta ocasión. Haytiempo, pensaremos, reflexionaremos y seguro que las cosas cambiarán de orientaciónen un futuro que espero que sea lo más próximo posible. Debo confesar que tras unacarrera política, intensa, variada, siempre apasionante, ser alcalde de Zaragoza meproduce una emoción singular y profunda.

Quienes nos dedicamos a la política, ese discutido y discutible menester, sabemos que ser alcalde o concejal es definitivamentegratificante, porque aquí como en ningún otro puesto se puede comprobar la eficaciatransformadora de nuestras decisiones; pero también representa uno de los cometidos,de las funciones más exigentes, al estar más que en ningún otro ámbito garantizada porfortuna la permanente y rigurosa vigilancia de los ciudadanos sobre las medidas que setoman para la solución de sus problemas. La Alcaldía de Zaragoza entraña además laresponsabilidad de dirigir una ciudad que se encuentra en un envidiable momento deebullición con importantes problemas por resolver, pero con un abanico de fascinantesposibilidades de futuro si sabemos entre todos dar los pasos adecuados para aprovecharesas oportunidades de manera plena. Zaragoza es hoy ya una de las capitales másimportantes de España y quiere serlo también de Europa, orgullosa de contar con unpasado bimilenario, una historia jalonada de momentos de esplendor que entre todospodremos reeditar para que nunca más pueda ser la ciudad que se despertó de tantossueños y volvió a caer en ellos, como tiene escrito el profesor Ignacio Izuzquiza. A lolargo del los próximos cuatro años mis actuaciones van a estar marcadas por unaconcepción de la relación del alcalde con los zaragozanos que se deriva sencillamentede la proclamación por nuestra Constitución del principio de autonomía municipal. Esoobliga a distinguir con claridad los intereses de la institución, los intereses de la ciudad,de los legítimos pero particulares intereses que defienden y representan las distintasformas de organización y representación de los ciudadanos a través de los partidospolíticos o de cualquier otra forma asociativa. A mí, en suma, sólo me compete defenderlos intereses generales de mi ciudad, por encima de cualesquiera otros. Y ése es micompromiso: donde estén los zaragozanos, allí estará su alcalde. Ocupo desde hoy unaAlcaldía que en su actual etapa democrática inauguró la figura ejemplar de don RamónSáinz de Varanda, a quien le gustaba llamarse precisamente alcalde constitucional, ?un compromiso que un alcalde debe tener siempre con la defensa de los derechos de losciudadanos a los que representa. Hoy, en los primeros minutos en que asumo el cargoque Sáinz de Varanda engrandeció me complace decir que me siento ínequívocamenteidentificado con su causa. Como decía él por el progreso, el bienestar y la libertad de loszaragozanos. Un cuarto de siglo después del inicio de aquella aventura democráticamunicipal, Zaragoza se ha transformado sustancialmente y de forma positiva,conviviendo, eso sí, problemas antiguos con problemas nuevos que preocupan a losciudadanos, pero también con nuevas y mejores oportunidades. En todo caso, quieroafirmar que las políticas sociales, como hace veinticuatro años, van a seguir siendo laprioridad de esta Alcaldía como, no puede ser de otro modo, para un alcalde socialista.

Una ciudad progresista y solidaria tiene que ser nuestra principal seña de identidad,asumiendo compromisos como planteé en campaña con los representantes de losvecinos y los ciudadanos, para que ningún barrio se sienta discriminado, donde losjóvenes se sientan protagonistas y las personas mayores sean un activo que participe enla vida municipal a través de la nueva concejalía del mayor, que prometí crear encampaña y donde las familias sean el centro de atención de nuestra política. Heempezado declarando que voy a ser el alcalde de todos los zaragozanos, y no es retóricani cortesía, nace de la arraigada convicción personal y política, de que el poder debe seradministrado sin sectarismo de clase alguna, máxime cuando se ejerce en una sociedadde creciente complejidad en la que los intereses de los ciudadanos se expresan medianteuna geometría permanentemente variable de posicionamientos y coincidencias con otrosciudadanos. Pero además de esta visión personal, creo que a todos nos competereconocer que las urnas nos han enviado a todos los miembros de la Corporación unmensaje nítido. Sí un cambio de orientación política en el gobierno municipal pero sinmayorías absolutas y con un considerable aprecio reflejado en las urnas del bagajepositivo del anterior equipo. Eso es lo que nos han dicho. Al alcalde le corresponde porencima de todo intentar liderar el consenso y lograr que todos los miembros de estaCorporación participen, participemos activamente de los grandes retos que tiene laciudad. Lograr un gobierno dialogante comprometido con el cumplimiento de suscompromisos electorales y atento a la defensa de los intereses generales de la ciudad esel reto que afronto como alcalde. En este contexto anuncio la voluntad clara de actuarcoordinada y conjuntamente con el gobierno de la Comunidad Autónoma y con elgobierno de la nación para conseguir los objetivos que como ciudad y comozaragozanos nos vamos a plantear y para resolver los problemas que sin la participaciónconjunta de todas las Administraciones resultan de difícil, cuando no imposible,solución, como pueden ser la seguridad ciudadana, las políticas sociales, lasinfraestructuras o la política de viviendas. Pero también quiero decir que cualquierproblema que sea de los zaragozanos será problema de este Ayuntamiento y de sualcalde y no habrá excusas competenciales para eludir la búsqueda de soluciones cuandolos ciudadanos miren hacia el Ayuntamiento. Zaragoza reivindica el reconocimiento desu capitalidad aragonesa, como locomotora que tira del conjunto, pero siendoconscientes de las obligaciones que tenemos con Aragón. Es imposible que sea de otramanera con una parte importante de los zaragozanos hundimos nuestras raíces en elconjunto de los pueblos de Aragón. Esta profunda vinculación justifica todo y ademásque el Ayuntamiento de Zaragoza se implique con rotundidad con el resto de losaragoneses en la lucha que viene sosteniendo, que venimos sosteniendo contra eltrasvase del Ebro y contra un plan hidrológico nacional anacrónico e insolidario. En suimparable proceso de modernización social, Zaragoza es hoy una ciudad muy distintaque cuando se inició la andadura de los Ayuntamientos democráticos.

Durante este tiempo son varios los mitos sobre el futuro de las ciudades que han caído. El primermito derrumbado es el de las ciudades adaptadas al automóvil como medio delocomoción universal, que ha marcado el diseño de las ciudades durante las últimasdécadas y que todavía hoy está en el origen de muchos de los conflictos y problemasurbanos. Ha caído también el mito de que la sociedad de la información sería el fin delas ciudades e impulsaría una nueva ruralización y dispersión poblacional, como muybien ha explicado Manuel Castells. Se ha derrumbado el mito de la ciudad dispersacomo modelo urbano a imitar y de igual modo se ha difuminado la creencia en elcrecimiento ilimitado de las ciudades. Zaragoza hoy es más sofisticada y más culta, conmejores equipamientos; pero también enfrentada a nuevos retos surgidos de ese procesode cambio. Cuestiones que nos hablan del envejecimiento de la población: uno de cadacinco zaragozanos tiene más de sesenta y cinco años. De la saturación de algunos denuestros esquemas de transporte; de la aparición de nuevas formas de marginación ydelincuencia; de la difícil convivencia entre ocio y derecho al descanso; de unencarecimiento de la vivienda que impide a miles de jóvenes poner en práctica susdeseos de independencia personal; de la creciente presencia de unos nuevos vecinosnacidos en otros lugares, en muchos casos con situaciones administrativas irregulares,pero que también son zaragozanos que deben participar en la marcha de la ciudad. Mipropósito es impulsar desde la Alcaldía, como una de mis principales prioridadespolíticas, las iniciativas orientadas a incrementar la cohesión social y favorecer laigualdad de oportunidades.

El transporte y la vivienda serán también ejes fundamentalesde esta etapa, ambos elementos son de hecho piezas esenciales para conseguir que elcrecimiento que ya está experimentando Zaragoza y que lo seguirá haciendo en lospróximos años, se produzca sin menoscabo de la habitabilidad y la calidad de vida quedisfrutamos. Necesitamos viviendas asequibles dentro y fuera del casco urbanoconsolidado y necesitamos una nueva red de transporte público que garantice el flujoadecuado de intercambio entre todos los barrios de la ciudad. Unas políticas, por lotanto, de clara vocación social que en todo caso serán moduladas, como todas lasactuaciones municipales por un intenso y permanente proceso de participaciónciudadana que encontrará su cauce de expresión en la descentralización administrativaque impulsaremos a favor de los barrios de la ciudad. Deseo aprovechar asimismo esteacto institucional para anunciar a todos los zaragozanos mi compromiso de dedicardesde ahora gran parte de mis esfuerzos a trabajar, como lo hemos hecho todos hastaeste momento, para que Zaragoza consiga ser elegida al año próximo sede de laExposición Internacional dos mil ocho. Desde el consenso político que ha acompañadola labor realizada hasta la fecha, y que ahora nos esforzaremos en convertir en plenaimplicación social y ciudadana, debemos ser conscientes de que nos queda todavía unaingente tarea por realizar, si queremos, como evidentemente queremos conseguirnuestro objetivo. Vamos a seguir en la misma línea y, por lo tanto, desde la lógica de lacooperación intensa con el gobierno de la nación, con el gobierno de Aragón y con lasdemás instituciones aragonesas implicadas en el proyecto.

Hemos de trabajar para conseguir finalmente la Expo, reforzando el equipo que debe protagonizar el proceso ysin que en modo alguno los tropiezos nos hagan perder un ápice de entusiasmo. Todossomos conscientes del sentido último que el proyecto de la Expo dos mil ocho tiene paraZaragoza. La Expo pasará pero sus efectos serán duraderos durante décadas, efectos queserán bien visibles en numerosas infraestructuras y equipamientos, algunas de las cualesya empezamos a disfrutar, con los que la ciudad dará un salto cualitativo de unaenvergadura pocas veces visto antes en nuestra dilatada y fecunda historia y que quizátenga su rostro más reconocible y expresivo en la transformación que queremos hacerdel propio río Ebro, para que pase a ser el mejor y el más amable espacio urbano de laZaragoza del dos mil ocho. Podremos avanzar en cinco años lo que en otro caso podríacostarnos como ciudad veinte. De lo que estamos hablando, en definitiva, es de dotar aZaragoza del espíritu y la energía que la van a convertir en una gran ciudad, en uncompetidor aventajado en el escenario europeo, en un espacio metropolitano, vibrante,innovador y creativo, en definitiva, esa Zaragoza con más peso en el mundo que todos,sin duda, queremos.

Para lograrlo, el desarrollo de la ciudad debe orientarse cada vezmás hacia las actividades en las que puede alcanzar una especialización ventajosa, comola logística, y hacia aquéllas hacia las que tiene mayor potencialidad de crecimiento,como son la de los servicios avanzados y uso intensivo de conocimiento, de ese capitalintelectual que constituye hoy el activo más valioso de las empresas y del quedisponemos en una cuantía mayor de la que hemos sabido aprovechar. Ése es el caminoadecuado para cubrir otra de las necesidades más acuciantes de nuestra ciudad, como esla de crear empleos cualificados que frenen la inmigración forzosa de muchos denuestros jóvenes mejor preparados. Para avanzar en esa dirección me propongoimpulsar un amplio paquete de iniciativas relacionadas con las nuevas tecnologías y lasociedad de la información, que proporcione a todos los ciudadanos las mejoresoportunidades para su desarrollo personal y profesional, nos ayuden a prestar serviciospúblicos de más calidad y, sobre todo, configuren a Zaragoza como un entorno propiciopara la creación e implantación de empresas avanzadas. Contamos con brillantesemprendedores y suficientes profesionales de primer nivel como para creer que tenemosgrandes posibilidades de superar con éxito este desafío, el que definieron los lídereseuropeos en la cumbre de Lisboa del año dos mil: conseguir que en el dos mil diez laUnión Europea y Zaragoza dentro de ella, sean la economía basada en el conocimientomás competitiva del mundo. Y con ello seguiremos en gran medida lasrecomendaciones que en este campo han hecho los expertos y profesionales convocadospor Ebrópolis, la asociación para el desarrollo estratégico de Zaragoza y su área deinfluencia. Dentro de muy poco tendremos el tren de alta velocidad. No hace falta aquíponderar las ventajas que para nuestra ciudad supone la llegada del AVE. Lo que sí lesdiré es que vamos a poner en marcha todas las iniciativas precisas para que Zaragozaaproveche al máximo esta magnífica oportunidad.

Estoy seguro de que Zaragoza, sindejar de velar por la competitividad de su sólida base industrial tradicional, tiene quebuscar su hueco entre esa elite de ciudades dinámicas e innovadoras que han optado porla economía del conocimiento. Una posición a la que debe contribuir decisivamente otrofactor imprescindible: una política cultural, estimulante, abierta, participativa, convocación de vanguardia y decidida a la exploración de los nuevos territorios de laexpresión artística. Sólo una Zaragoza con vida cultural de primera categoría semerecerá la consideración de gran ciudad y de una verdadera metrópoli del siglo XXI.Señoras y señores, les digo con absoluta convicción que ésta es la hora de Zaragoza. Sisuperando naturales diferencias partidarias estamos a la altura de nuestrasresponsabilidades trabajando codo con codo, sin más miras que el bien de nuestraciudad, pondremos de moda Zaragoza en España y en Europa como capital dereferencia por su calidad de vida, su integración social y su capacidad para atraerempresas. Creo que lo vamos a conseguir, porque todos sabemos cuáles son losintereses estratégicos básicos de la ciudad. A nada de lo mucho y bueno conseguidohasta ahora debemos renunciar. En la gestión de una ciudad no debe haber borrón ycuenta nueva. Nuestra actuación debe aprovechar esa base y apoyándose en ella,proyectarse con entusiasmo, con ganas a nuevos y más ambiciosos objetivos.Permítanme que concluya esta primera intervención como alcalde señalando de nuevoque esas metas que nos guían hacia la Zaragoza que entre todos empezamos a soñar, nodeba hacernos nunca olvidar que nuestro primer compromiso debe ser siempre con laspersonas, con cada ciudadano, con cada ciudadana, a quienes debemos garantizar connuestro trabajo incansable la defensa y protección de sus derechos. Lo que nos exige enconsecuencia, administrar el poder que nos ha sido encomendado con la máximaprudencia y la máxima contención, con una permanente disposición al diálogo y a laparticipación. Como escribió el catedrático Salvador Giner: «nuestras capacidades paramodificar hoy las condiciones inmediatas del futuro son vastas e inconmensurables»,por eso añadía «la invención del futuro debería ser la de la libertad». Y a ello vamos a aplicarnos. Ildefonso Manuel Gil, Medalla de Oro, como sabemos, de nuestra ciudad,decía el catorce de noviembre de mil novecientos noventa y seis: «La quimera tiene enmí abiertas puertas y ventanas; prometo que será bien recibida». Pero el alcalde, ungrupo municipal solo, poco pueden hacer. Como dijo Miguel Labordeta en milnovecientos cuarenta y ocho, en su mensaje de amor que Valdemar Gris ha mandadopara finalizar este Sumido veinticinco, «Y hemos de estar allí todos; hemos de estar allíreclamando cada uno y para todos una activa participación en la heterogénea sinfonía deeste mundo nuestro tan hermoso». Nada más y muchas gracias.

Siendo las 13, 30 horas, la Alcaldía Presidencia declara concluido el acto deconstitución de este Ayuntamiento de Zaragoza y levanta la sesión, de la que seextiende la presente acta, que firma el excelentísimo señor Alcalde, don Juan AlbertoBelloch Julbe, conmigo, el Secretario General, que certifico.